El fiscal pide penas de hasta 39 años de cárcel para la "banda del puerto", una supuesta trama integrada por delincuentes habituales, guardias civiles y policías nacionales que a partir de mañana serán juzgados acusados de robar 400 kilos de cocaína en el Puerto de Barcelona y asaltar a narcotraficantes. En el macrojuicio, que se celebrará en la Audiencia de Barcelona en medio de grandes medidas de seguridad hasta mediados de junio, están acusados siete guardias civiles y dos policías nacionales, así como varios delincuentes habituales, delatados por el arrepentido Juan Pedro L.F., tras ser condenado por matar a dos vigilantes de seguridad de un furgón blindado en Terrassa (Barcelona).

La "banda del puerto" está acusada de aprovechar información confidencial para robar en 2005 unos 400 kilos de cocaína -que no se han podido recuperar- escondidos en un contenedor del Puerto de Barcelona, así como de asaltar a narcotraficantes.

En su escrito de acusación, el fiscal anticorrupción destaca la "complejidad" de la trama desarticulada, ya que tenía dos grupos estructurados jerárquicamente, uno integrado por supuestos delincuentes habituales y otro formado por los guardias civiles y los policías.

Según el fiscal, la rama de delincuentes estaba dirigida por Javier S.R., conocido como "Trapero", para quien pide 39 años de cárcel, mientras que el núcleo de la Guardia Civil y la Policía Nacional estaba comandado por el agente de la benemérita Antonio S.M, para quien pide 26 años y medio de cárcel.

Antonio S.M., que en 2004 se incorporó a la oficina de análisis y de investigación fiscal de la Guardia Civil en el Puerto de Barcelona, contaba según el fiscal con la estrecha colaboración del suboficial del instituto armado Roberto P.C., para quien el ministerio público pide 13 años de cárcel.

Según consta en el sumario de la causa, tras cometer el robo de los 400 kilos de cocaína en el Puerto de Barcelona, los miembros de la banda, que tenían los teléfonos pinchados, lo celebraron por todo lo alto en un club de alterne que reservaron para ellos solos durante dos días.

En la investigación de esta trama se descubrió que supuestamente los imputados se reunían con narcos a los que querían estafar y se ganaban su confianza para que les fiaran la droga, con el compromiso de pagarla una vez que la hubieran vendido.

Realizada la entrega de la droga, los guardias civiles imputados entraban en escena, simulaban que detenían a sus propios compinches y que incautaban la droga, con lo que el pacto con los narcos se daba por roto y la banda se quedaba el alijo sin tener que pagarlo.

A los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que se sentarán a partir del lunes en el banquillo de los acusados se les imputan, entre otros, los delitos de asociación ilícita, contra la salud pública, cohecho activo y blanqueo de capitales.

En su escrito de conclusiones provisionales, el fiscal acusa a los guardia civiles Jesús Javier M.C., -para quien pide 12 años de cárcel-; Miguel Ángel H.F., -11 años-; Cristóbal L.R.M., -7 años y medio-; Fernando A.V. -3 años-; y Fernando G.V. -3 años-.

En esta causa llegó a estar imputado el teniente coronel Alfonso L.R., si bien finalmente su caso ha quedado archivado al prescribir los delitos de los que estaba acusado.

Los dos policías nacionales acusados, conocidos como "Los Cromos" o "Los Gemelos", son el ex inspector jefe de la sección de crimen organizado de Barcelona Antonio G.R., -para quien el fiscal pide 17 años de prisión-; y su hermano y también ex inspector jefe del grupo de crimen organizado Carlos G.R. -7 años y medio-.

Por su parte, en la rama de supuestos delincuentes habituales comandada por Javier S.R. "Trapero", los principales imputados son Daniel R.T., conocido como "Bolo" -para quien el fiscal pide 24 años-; David B.V. "Chucho" -21 años-; y Antonio B.V., "Gordo" -15 años-.

En el núcleo de delincuentes habituales el fiscal también sitúa a Juan Pedro L.F. "Juanper", que fue quien acabó incriminando al resto de acusados tras ser condenado por el caso del furgón de Terrassa (Barcelona) y para quien el ministerio público pide ahora seis meses de cárcel.

Uno de los principales testigos en este juicio es el confidente policial Manuel G.C., que fue clave para destapar también el caso "Riviera-Saratoga", una supuesta trama de corrupción policial vinculado a burdeles.

Se da la circunstancia de que Manuel G.C. está siendo ahora investigando por un supuesto tráfico de drogas por otro juzgado de Barcelona, en unas diligencias en las que ha sido imputado un subinspector de los Mossos d'Esquadra y cinco agentes, acusados de protegerle.

http://www.elfarodigital.es/portada/tribunales/149-espana/93921-El-juicio-a-la-banda-del-puerto-se-inicia-maana-con-penas-de-hasta-39-aos.html

Juan Pedro Lozano, un delincuente arrepentido, intercambia miradas desafiantes y llenas de contenido con Javier Segura, el que fuera su jefe en una banda dedicada a robar droga a narcotraficantes. "Se sienten por encima del bien y del mal", ha explicado este lunes Lozano en alusión a Segura, sus compañeros y los miembros de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía que, supuestamente, les prestaban apoyo. El testimonio de Lozano, que ha declarado como imputado por un delito de asociación ilícita, es una de las piezas clave del juicio que se sigue desde hoy en la Audiencia de Barcelona contra una coalición de delincuentes comunes y uniformados acusados de perpetrar el robo de 400 kilos de cocaína de un contenedor en el puerto de Barcelona.

El delincuente arrepentido ha explicado con todo lujo de detalles los "palos" en los que, según su versión, participó bajo las órdenes de Segura, al que conocía por un negocio de compraventa de coches. En 1999, se dictó una orden de busca y captura contra Lozano por tráfico de drogas. Este pidió ayuda a su amigo, que le presentó a El Tete, apodo del guardia civil Antonio Sáenz. El Tete, ha explicado este lunes, que le facilitó documentación falsa para viajar a Marruecos. Lozano se incorporó en ese viaje a la banda, que pretendía traer "175 kilos de chocolate" del reino alauí.

A preguntas del fiscal anticorrupción Fernando Bermejo, Lozano ha relatado cómo organizaban los asaltos a traficantes con la ayuda de funcionarios policiales. Así, en 2002, en Palau de Plegamans (Vallès Occidental), Segura le llamó para "un trabajo". La banda contactó con un traficante que les entregó una cantidad de droga. Pero antes de que este pudiese cobrar, la persona que transportaba la droga fue detenida, casualmente, por un coche patrulla de la Guardia Civil. "Le dijimos al traficante que teníamos un problema gordo y que de pagar, ni hablar. Pero todo era una estrategia", ha admitido Lozano, para el que solo se solicitan seis meses de cárcel porque los delitos han prescrito.

Según Lozano, el último responsable de esa estrategia era El Tete, quien había montado un dispositivo con sus "soldados" -guardias civiles a su cargo- para conseguir la droga gratis. En otra ocasión, ha recordado, el grupo se hizo con gran cantidad de hachís gracias a la colaboración de otro de los agentes procesados, Roberto de Prádena, encargado de custodiar las sustancias estupefacientes en el cuartel de Mollet (Vallès Oriental). "Nos la dieron y, a cambio, les regalamos coches. Después pusimos azúcar y arroz en las bolsas. Nadie iba a comprobarlo, porque se iban a quemar", ha añadido Lozano en el juicio, fuertemente custodiado por la policía. Lozano también ha relatado que, aunque tenía un papel "secundario" en el grupo, sabía que también contaba con la colaboración de dos exinspectores del Cuerpo Nacional de Policía, Antonio y Carlos Giménez Raso.

Lozano ha explicado cómo fueron surgiendo desavenencias con Segura y el resto de miembros de la banda, hasta que, en 2002, fue detenido por el asesinato de dos vigilantes de seguridad de un furgón blindado en Terrassa (Vallès Occidental), unos hechos por los que ha sido condenado a más de 40 años de cárcel. Desde entonces, quedó fuera del grupo. Lozano ha defendido que es "inocente" del doble crimen y que sus compañeros de banda le tendieron una trampa. Por eso, cuando se enteró de las detenciones a raíz del robo de la cocaína en el puerto, decidió colaborar con la justicia. A preguntas de su abogado, ha explicado que su objetivo es "lograr una revisión de la causa" por la que fue condenado.

"Tengo miedo porque esta gente es muy poderosa, son capaces de manipular cualquier cosa. Estos tíos se sienten por encima de las leyes. Sé que pongo en peligro mi vida y la de mi familia y que me puede pasar cualquier cosa, pero aquí estoy", ha explicado el arrepentido mientras Segura iba haciendo señales de reprobación a sus palabras. El jefe del clan, por cierto, se ha acogido a su derecho a no declarar, igual que lo ha hecho otro de los imputados citados este lunes, Daniel Ribelles. El cuarto imputado (de los 23 que desfilarán por el banquillo de los acusados hasta junio), David Barba, ha negado su participación en los hechos y ha afirmado que trabajaba como confidente policial. "El Tete me dijo que ya me cuidaría yo de tener la boca cerrada", ha añadido Lozano en su declaración.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/04/16/catalunya/1334578842_249810.html