40.000 personas viajan sin billete cada día en el metro de Barcelona
El 3,45% del total de los viajes que se hacen en el suburbano son fraudulentos, según un estudio de TMB
La intensificación del control del fraude en el metro de Barcelona comienza a recoger frutos. El año pasado, el 3,45% de los viajes efectuados en las ocho líneas operadas por TMB se hicieron sin el correspondiente billete, según un amplio estudio elaborado por la empresa. Este porcentaje, que ronda los 40.000 viajes de promedio diario, es sensiblemente inferior al registrado en el 2009, el primer año en que la citada empresa de transporte calculó el fraude estimado en este servicio, y que fue de un preocupante 6,63%. Hasta entonces, el único dato disponible era el de los pasajeros inspeccionados, que arrojaba resultados muy dispares y que no daba cuenta del alcance real del problema.
El dato del 2009 encendió todas las alarmas. Los responsables de TMB consideraron que un nivel de fraude por encima del 6% era excesivo, por lo que decidieron que había que poner medios, no sólo para atajarlo, sino para reducirlo con celeridad. Así, se puso en marcha un plan específico, que sigue activo y que abarca diferentes ámbitos. Dos años después, ha dado buenos resultados.
La medida más llamativa fue el perfeccionamiento de los controles de billetes. Se creó una aplicación informática que indica qué rutas deben seguir los interventores para actuar en las zonas y horarios calientes, con más personas que se cuelan. Este algoritmo, que se estrenó en el 2010, incorpora nuevos datos a medida que se va utilizando, por lo que continuamente se va ajustando a la realidad, a menudo cambiante, del fraude. Son inspecciones inteligentes.
Por otra parte -y no menos importante-, además de las inspecciones regulares que se hacen en andenes y trenes, el año pasado se iniciaron controles masivos en vestíbulos de gran afluencia de viajeros. En total hubo 88 y para el 2012 se han previsto cien. Estas redadas -algunas son espectaculares- disuaden de manera inmediata y son ejemplarizantes para el conjunto de los usuarios. Su extensión ha provocado la creación de avisos entre viajeros a través de las redes sociales, fenómeno que TMB sigue de cerca pero que, al menos por ahora, no ve relevante.
También está funcionando la labor que efectúan los vigilantes de seguridad que se colocan justo detrás de la barrera de peaje de los vestíbulos con más afluencia o en los más problemáticos. Este año se controlarán 69 en los días laborables y 49 en fines de semana, sobre un total de 200, lo que supone 1.689 horas a la semana de vigilancia. Estos empleados, además de disuadir de que se cometa fraude, en caso de que descubran la infracción hacen salir a quien la ha cometido para que vuelva a entrar validando el billete. Aunque están facultados para hacerlo, lo habitual es que no impongan una sanción e inviten al pasajero defraudador a rectificar. La presencia de patrullas de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra, que se ocupan de aspectos relacionados con la seguridad, también tiene un efecto disuasorio en el fraude.
Los responsables de TMB destacan que el objetivo no es imponer multas, sino lograr reducir el número de personas que se cuelan. Esto es lo que conlleva el beneficio real. El año pasado, entre el metro y el autobús se cobraron 1,2 millones de euros de percepciones mínimas (multas pagadas en el primer mes). De todos modos, la compañía tiene claro que sólo con la reducción del número de personas que se cuelan todos los medios antifraude empleados tienen retorno económico.
También hay mejoras en la infraestructura que ayudan a combatir el fraude. La más destacada es el cambio de los tornos en las barreras de peaje por puertas automáticas, que dificultan el paso sin haber validado el billete. En el 2009, el índice de fraude en las barreras con torno era del 7%, mientras que en las de puertas estaba entre el 3,5% y el 4%. En estos momentos, el 77% de los 1.262 pasos que hay en la red de TMB dispone de estos elementos y la previsión es seguir poniendo más. Su coste medio es de 170.000 euros por vestíbulo. A pesar de que estos obstáculos cada vez son mayores, hay todo tipo de estrategias para salvarlos. Desde los habituales trenes, en los que el infractor pasa detrás de un viajero que ha validado su billete aprovechando que se le han abierto las puertas, hasta quienes las fuerzan con sus brazos para que no se cierren, pasando por los que dejan caer un objeto para que los sensores interpreten que hay alguien y activen la apertura.
Todas estas medidas han estrechado el cerco a los pasajeros que viajan de gorra. En el 2009, se realizaron 4,9 millones de intervenciones, de las que 54.440 (el 1,11%) dieron pie a la imposición de una sanción. En el 2010 se hicieron más controles: un total de 5,1 millones de pasajeros y 51.396 (el 1%) fueron descubiertos sin el preceptivo billete. El año pasado se hicieron más intervenciones pero mejor enfocadas -de acuerdo con el programa de rutas estrenado en el 2010-, con lo que fueron más efectivas y conllevaron 71.282 multas (el 1,75% del total de controles). Estos porcentajes son lo que se conoce como fraude detectado, que no sirve para cuantificar el fraude real.
Para determinar la cifra de usuarios que viajan sin billete, TMB despliega observadores ocultos que se colocan detrás de los peajes y registran el número de pasajeros que se cuelan. A diferencia del fraude detectado, en estos controles no se tiene en cuenta a los usuarios que entran con billetes inválidos. El estudio del 2011 tuvo lugar entre el 3 y el 22 de noviembre e incluyó 4.170 horas de observación en 261 vestíbulos en todo el horario de funcionamiento. El margen de error de la muestra es de un 0,3%. Los resultados en una semana completa -de lunes a domingo- fueron 275.690 pases fraudulentos, cerca de 40.000 por día de promedio, 39.384 para ser exactos. El total de viajeros fue de 7.985.215, de modo que el fraude observado se situó en el 3,45%.
¿La cantidad de personas que se cuelan es alta? TMB cree que está dentro de lo normal. Tomando como referencia las comparativas en las que está Barcelona, esta se sitúa ligeramente por debajo de la media. En el 2010, en un ranking de 10 ciudades -sus nombres no aparecen-, el promedio de fraude era del 4,14% y la capital catalana estaba en el 3,83%.
http://www.lavanguardia.com/vida/20120517/54294995784/billete-metro-barcelona.html