Los ‘villanos de oro’ de las cajas
Los directivos de las entidades rescatadas reciben indemnizaciones millonarias.
Alguno están inmersos en procesos judiciales pero ninguno ha ido a prisión ni ha devuelto lo cobrado
Son responsables directos, con la connivencia de las camarillas políticas regionales, de las mayores quiebras de la historia del sistema financiero español. Financiaron proyectos urbanísticos especulativos, obras públicas ruinosas como aeropuertos vacíos, alimentaron tramas de corrupción y hasta llegaron a falsear las cuentas. Y no solo no han tenido que rendir cuentas sino que han recibido indemnizaciones millonarias a su salida, tras años de cobrar sueldos estratosféricos. Pese a que su gestión desastrosa le va a costar al contribuyente como mínimo 50.000 millones de euros en forma de ayudas públicas, como intuye la sabiduría popular, ninguno de ellos ha ido a prisión ni ha devuelto un euro de sus emolumentos.
José Luis Pego Es, con la información pública disponible, el campeón de los villanos de oro de las cajas Le resultó muy rentable ser director general durante nueve meses de Novacaixagalicia, que luego necesitó 3.600 millones en ayudas públicas. Se fue con 18,5 millones, de los 7,7 millones por la jubilación anticipada, 3,9 millones por la indemnización y 6,9 millones por el plan de pensiones. El liderazgo de los jubilados dorados se lo disputa José Luís Méndez, el ex-director general de Caixa Galicia, que recibió oficialmente un retiro de 16,5 millones pero ha podido recibir mucho más.
María Dolores Amorós La ex directora general de Caja del Mediterráneo (CAM) es la más mediática. Los apenas diez meses que dirigió la caja alicantina le sirvieron para autofijarse un sueldo de 600.000 euros y una pensión vitalicia (tiene 49 años) de 370.000 euros anuales. Investigada por la Audiencia Nacional y por la Fiscalía Anticorrupción por falsear presuntamente las cuentas llegó a reclamar 10 millones por su despido improcedente cuando la caja fue intervenida por el Banco de España. La CAM ha recibido 5.800 millones del Estado. Su antecesor en el cargo y también investigado, Roberto López Abad, se llevó 5,8 millones
Ricard Pagès Expresidente de Caixa Penedès. Antes de marcharse se diseñó un pensionazo de 11 millones de euros y otros de 9 millones en total para tres de sus colaboradores. Está siendo investigado judicialmente. El Banco Mare Nostrum, donde se integró la caja, ha recibido 916 millones del FROB.
Adolf Todó Presidente de Catalunya Banc. Gracias a un contrato que firmó en 2008 como director general de Caixa Catalunya cuando Narcís Serra presidía la entidad ha heredado un blindaje de 8,1 millones de euros, al integrarse la caja en Catalunya Banc, que ha recibido 2.968 millones en ayudas públicas.
Miguel BlesaAl lado de Rodrigo Rato Expresidente de Caja Madrid. Se llevó una indemnización de 2,8 millones de euros, pecata minuta si se compara con los 25 millones que quería repartirse junto a otros nueve directivos por un plan de bonus. Rodrigo Rato al llegar a la presidencia de la caja, integrada en Bankia, suspendió este plan. Por su parte, Rato no ha aclarado sí ha renunciado a su indemnización de 1,2 millones tras dimitir en Bankia, donde tuvo un sueldo en 2011 de 2,4 millones. Bankia va a necesitar 23.465 millones de dinero público, tras perder 2.979 millones en 2011. Banco Financiero y de Ahorros, matriz de Bankia, también deberá pagar una indemnización de 6,16 millones a Matías Amat, antiguo directivo de Caja Madrid.
Aurelio Izquierdo Director general de Banco de Valencia, filial de Bancaja. Se integró en la dirección de Bankia pero cuando Rato se lo quitó de encima el año pasado no perdió el derecho a una indemnización de cerca de 14 millones en pensiones y compromisos de prejubilación que había pactado en Bancaja. La caja valenciana y el banco filial han sido un verdadero filón para los directivos que contribuyeron a su hundimiento, antes de integrarla en Bankia. Así, Domingo Parra, ex consejero delegado de Banco de Valencia. pactó una indemnización de 7,1 millones que él asegura que no ha cobrado. Era la mano derecha de José Luis Olivas, presidente de Bancaja, que se vio obligado a renunciar a su indemnización cuando salió de Bankia pero no al plan de pensiones, además de recibir 1,7 millones en 2011.
El País