Un centenar de trabajadores de seguridad llevaron sus demanda a la Subdelegación
Un centenar de vigilantes de seguridad privada de la provincia se
concentraron ayer a la puerta de la Subdelegación del Gobierno contra
el intrusismo laboral y para reclamar unas mejoras salariales, que
llevan más de dos años demandando. Durante la protesta, el secretario
general de la Federación de servicio de UGT, Ignacio Santiago, advirtió
de que los empresarios se niegan a negociar las horas extras. «El
asunto está en el Tribunal Supremo y serán ellos los que dicten el
valor», explicó. Hasta ahora cobran la hora a mayores de su jornada
laboral a 7,35 euros, cuando debería rondar los 12 euros.
Junto las mejoras salariales que afectan también a una subida del IPC
más dos puntos, el colectivo de la seguridad privada critica el elevado
intrusismo en la profesión. «En algunos lugares contratan como
vigilantes a personas sin preparar. Nosotros hacemos cursos de 300
horas y pasamos un examen técnico y pruebas físicas en A Coruña»,
asegura Santiago.
Los vigilantes denuncian que la falta de profesionales provoca que la
patronal negocie a la baja y abusen en las condiciones contractuales.
El aumento del trabajo en los últimos años supone que en la actualidad
la demanda nacional está en casi 20.000 puestos de trabajo. Solo en la
provincia de Pontevedra trabajan cerca de 1.500 personas, de las 6.000
registradas en toda la comunidad. Una cifra que en toda España alcanza
las 95.000 personas.
La concentración ante la Subdelegación del Gobierno se
repitió por la tarde en la calle del Príncipe de Vigo. Desde UGT
solicitarán esta tarde mejoras en el convenio colectivo a nivel estatal
(que en este momento está bloqueado). Este es solo el principio de las
reivindicaciones de los trabajadores, que ahora esperan la respuesta de
la patronal. En un primer momento, UGT estaba apoyada por Comisiones
Obreras en la reivindicación, pero en el último momento decidieron no
secundar el paro, que reunió en la capital de la provincia a cerca de
100 personas.
«Estamos venidos no monte»
Además
de un convenio colectivo y la lucha contra el intrusismo laboral, los
vigilantes denuncian la precariedad laboral a la que se ven expuestos
en zonas sobre todo industriales.
Uno de los
vigilantes del polígono industrial de O Campiño asegura que en los
últimos meses se ha incrementado el robo de chatarra y han empezado a
ver coches sospechosos por la zona. «No turno de mañan traballa só una
persoa, pero pola noite somos dous. Ainda así, se pasa algo estamos
vendidos no medio do monte. So temos unha porra coa que defendernos. Non estamos armados», explica.
Otro de los
vigilantes, de seguridad, que ayer reclamaban más atención para este
colectivo, lamenta que nadie le dé cobertura cuando ocurre algo, sobre
todo en las zonas industrializadas, más afectadas por robos.
El
colectivo pide a la patronal del sector que acabe con su situación
inmovilista y apruebe las mejoras salariales, pero sobre todo destituya
el intrusismo.
http://www.lavozdegalicia.es/pontevedra/2009/01/16/0003_7464030.htm