Poco a poco y de noche. Sin hacer ruido. Así es como un vigilante de seguridad, con la ayuda de dos colegas, ha robado hasta 8,5 toneladas de cable de cobre en la empresa de Reus que él custodiaba. Los responsables de la empresa, que valora el saqueo en 62.000 euros, empezaron a sospechar a finales del 2007, al hacer inventario del material e instalaron un sistema de cámaras con las que se grabó al vigilante con las manos en la masa. La Policía Nacional ha detenido ahora al presunto ladrón y a sus dos cómplices.
Los responsables de la compañía, Impress Metal Packaging, no se percataron de la magnitud del robo hasta que, a finales del año pasado, hicieron inventario del material, según informan fuentes policiales. Y las cuentas no cuadraban. Faltaban nada más y nada menos que siete toneladas de cable de cobre (valorados en 50.000 euros, según la empresa) y sus propietarios denunciaron los hechos a la comisaría de la Policía Nacional de Reus.
A partir del 23 de diciembre la empresa llevó a cabo un seguimiento exhaustivo del tema. Instalaron en su recinto un sistema de videovigilancia que registró con toda claridad cómo el vigilante de seguridad, que hacía el turno de noche, ayudado por otras dos personas, vaciaba el depósito del hilo de cobre de la empresa y lo colocaba en contenedores pequeños que trasladaban con un palé para llevárselo.
Entre finales de diciembre y el 24 de mayo, los tres individuos ahora detenidos robaron 1,5 toneladas más (valoradas en 12.000 euros).
La cinta no dejaba lugar a la duda. Se identificó al vigilante: David G.E. de 35 años y nacido en Reus. El pasado 29 de mayo, los agentes de la policía judicial, que ya habían visionado las cintas, detuvieron al guarda de seguridad y tras su declaración en las dependencias policiales se identificaron a sus dos ayudantes: Fernando J.R., de 36 años, y Sonia B.E., de 25 años. Tanto ellos como el vigilante vivían en Montbrió del Camp. Los agentes los detuvieron en su propio domicilio.
La Policía Nacional los acusa a los tres de un delito continuado de hurto. Las gestiones policiales se centran ahora en averiguar a quién vendían los tres detenidos el cable de cobre que fueron robando poco a poco.
El robo de este tipo de material está proliferando durante los últimos meses, puesto que el cable de cobre tiene un gran valor en el mercado negro. Sólo durante el año pasado se practicaron 300 detenciones de ladrones de cobre en Catalunya, algunos ellos de bandas totalmente especializadas.