Un empleado que decidió intervenir para detener a los asaltantes relata su experiencia.
R. D. N. Huesca
"Me he dado cuenta de que nos estaban atracando cuando un hombre que llevaba un gorro me ha hecho el ademán de que me apartara con una pistola". Son palabras de un empleado del BBVA que ayer vivió la pesadilla de un atraco a mano armada.
Este trabajador, que prefirió preservar su identidad, estaba acompañando a un cliente a la caja cuando entraron los dos asaltantes. Por ello, vio de cerca cómo uno de los delincuentes disparaba al cajero durante un forcejeo. "Y yo creo que la bala no le ha dado de milagro, quizá le haya pasado por debajo del brazo".
Fue uno de los que acudió al auxilio del cliente vigilante jurado. "Se ha abalanzado sobre uno de los atracadores y le ha reducido pasándole el antebrazo por el cuello y entonces nos ha dicho 'si me echáis una mano, entre todos lo reducimos', y yo le he dado con una silla al ver que se había vuelto de espaldas", relató este empleado. "Si hubiesen sido más corpulentos, quizá no nos habríamos atrevido", subrayó.
Aseguró que le había sorprendido su reacción y la de otros empleados y clientes. "Lo lógico hubiera sido dejarles ir con el dinero, porque además son instrucciones del banco, pero al ver que estaban golpeando al compañero y que otro cliente nos ha animado a intervenir...". Con todo, reconocía que "son cosas que no se deben hacer". Y de hecho, otros empleados sí siguieron el protocolo y no dudaron en tumbarse en el suelo al oír los disparos.
Una vez reducidos, y pese a la rápida llegada de la Policía Nacional (tardó un minuto y medio en llegar la primera patrulla desde que se activó la alarma, según la comisaría), confesó que se les hizo "muy larga la espera".
El cliente al que acompañaba a la caja, que tampoco quiso dar su nombre, afirmó que "nunca" olvidará la mirada del atracador cuando le "apuntaba con la pistola que llevaba escondida bajo el jersey".
Otros empleados del banco tuvieron más suerte ya que al percatarse de que habían entrado dos asaltantes con pistolas, lograron huir corriendo sin que les vieran.
Tanto el subdelegado del Gobierno en Huesca, Ramón Zapatero, como el comisario provincial de la Policía Nacional, Antonio Placer, destacaron la colaboración ciudadana "porque ha evitado que el atraco se llegara a consumar y sobre todo que haya habido daños personales de mayor entidad". En el caso del comisario, destacó la rápida actuación de los agentes, "porque en un minuto y medio llegaron y terminaron de dominar la situación", y calificó la intervención de los clientes y empleados de "heroica y valiente".
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