La delincuencia repunta en Galicia y sacude con fuerza chalés y empresas de Vigo y todo su entorno
Mos es la zona más castigada, con asaltos a diario desde finales de 2008

ANDREA MÉNDEZ Los delitos contra el patrimonio aumentan por primera vez desde el año 2005. La delincuencia creció el pasado año un 1 por ciento en Galicia -datos de la Delegación del Gobierno-, aunque el repunte es especialmente acusado en Vigo y su área de influencia, con decenas de asaltos casi a diario desde hace meses en naves industriales y viviendas. El número exacto de incidentes registrados en la comarca durante 2008 es un misterio y los sindicatos policiales de Pontevedra denuncian que "las estadísticas están vetadas. Es imposible acceder a los datos", advierte Pablo Abalde, portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en la ciudad olívica.
Es difícil cuantificar el aumento sin estadísticas oficiales, pero los sindicatos SUP y CEP no ven desencaminada una subida en torno al 15 o el 20 por ciento en toda el área de Vigo. La situación se agrava en Mos, la zona más castigada por los delincuentes y cuya Asociación de Empresarios cifra el repunte en un 35 por ciento, preocupándole especialmente "los robos con intimidación, que ya representan un 10 por ciento del total".
Un poco más optimista es la valoración del presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), José Manuel Fernández Alvariño. Considera "preocupante" la situación por la que atraviesan los polígonos industriales, pero matiza que "en el conjunto de la provincia, el repunte es inferior al de Mos y hay margen de mejora".
En esta línea insiste la Subdelegación del Gobierno, que pese a la alarma generada, hace un llamamiento a la calma y tan sólo reconoce "un pico estacional de la delincuencia en Vigo y su entorno", sin hablar en ningún caso de aumento o mero repunte". Asegura el subdelegado en Pontevedra, Delfín Fernández, que "bajo una perspectiva más amplia, a tres o cuatro años vista, la situación ha mejorado y hay más seguridad".
Se intenta mejorar la situación en zonas sensibles, como parques empresariales, reforzando la presencia de la Guardia Civil, al tiempo que se ultima con los empresarios de Pontevedra, y particularmente con los de Mos, cursos formativos para mejorar la seguridad de sus negocios.
Negro balance
Con independencia del porcentaje, la realidad se impone y el balance delictivo de 2008 preocupa a sindicatos policiales, vecinos y empresarios. El año comenzaba a lo grande, con un tiroteo en una factoría de pan en Mos, donde resultó herido con tres balazos un empleado.
La primavera se reveló poco después como una de las épocas más conflictivas, con el atraco de la guadaña a una gasolinera -marzo-, el asalto de una banda colombiana a la joyería Suiza, y ya en mayo con la oleada de robos en viviendas unifamiliares de las parroquias de Candeán y Cabral. Más alarma generaron los mediáticos asaltos registrados en la recta final del año en las viviendas del empresario Salvador Fernández, en Ponteareas, y del ex alcalde Manoel Soto, el mismo día en que asaltaban en Oleiros el chalé de la diseñadora Kina Fernández.
Se empezaba a hablar entonces de bandas organizadas y a preocupar la violencia de los grupos que actuaban en Vigo. Acababa un diciembre negro y empezaba un enero peor, con una veintena de robos en 25 días. El asalto a una panadería, el atraco a un banco en As Neves, siete robos la madrugada del 16 en Mos y dos atracos a sucursales bancarias el pasado martes, son un claro ejemplo de lo que está sucediendo en Vigo y los municipios de su entorno, tenga o no que ver con la crisis.
De las patrullas vecinales en las parroquias_a un plan de choque para las naves industriales
La sensación de inseguridad aumenta entre particulares y pequeños y medianos empresarios, más vulnerables a las acciones de grupos organizados. Los primeros en dar un paso al frente y movilizarse en 2008 fueron los vecinos de las parroquias de Candeán y Cabral, en Vigo, que en mayo empezaron a vigilar personalmente sus propiedades durante las noches.
Diez chalés asaltados, un robo en las instalaciones deportivas de A Madroa y el brutal atraco a la empresa Cinco Jotas, cuyo dueño sufrió una paliza, pusieron en alerta al vecindario.
Los propietarios actuaron y ahora también lo están haciendo los empresarios de Pontevedra y en particular los de Mos, cuyos portavoces se han reunido con el subdelegado del Gobierno, Delfín Fernández, para coordinar la formación de sus asociados en seguridad.
Seguridad privada
Los más activos, por ser también los principales afectados, están siendo los empresarios mosenses, cuya asociación diseña con empresas especializadas en vigilancia y seguridad privada un plan de choque con jornadas técnicas para los socios, campañas de sensibilización y autoprotección, un protocolo coordinado entre el empresariado y colocación de dispositivos de videovigilancia en la zona.
La Subdelegación agradece su implicación, pero reclama también la del Concello de Mos, "con sólo cuatro policías locales, cuando le corresponderían 15 por población".


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