Laopinioncoruña.es 20/04/08 - A Coruña
El guardia apresó a un empleado de una empresa de entarimado del polígono del Espíritu Santo después de que entrara de madrugada en la instalación con la excusa de que sonaba la alarma.
ANA BLASCO. CAMBRE. La intervención de Ángel Luís Pardo García, un empleado de la empresa de seguridad privada Prosenorsa, evitó que un trabajador de un negocio de entarimado flotante robase dinero de la caja fuerte del almacén.
Los hechos ocurrieron la madrugada del martes en una nave del polígono del Espíritu Santo. Los dos agentes de seguridad que vigilan el complejo vieron como un joven se bajaba de un taxi delante de la empresa en cuestión a las 02.45 horas. Al ser preguntado por la razón de su visita, el chico explicó que era empleado y que venía a comprobar si todo estaba bien, porque el jefe le había avisado de que había saltado la alarma. "Lo normal es que nos avisen cuando suena una alarma, pero a veces no lo hacen, por eso no nos pareció raro", explica Ángel.
El empleado disponía de las llaves de acceso a la nave industrial y tenía conocimiento de los códigos de seguridad.
Una segunda vista del mismo joven hora y media después ya levantó las sospechas de este agente de seguridad. Ofreció el mismo argumento a la patrulla y volvió a introducirse en la nave. Esta vez, los vigilantes le acompañaron. Al entrar desconectó la alarma, que no estaba sonando y, tras inspeccionar el almacén, dijo a los agentes: "Ya podéis salir, que está todo bien". "Le vi algo raro, le hice un gesto a mi compañero y le seguí, entonces pude ver cómo cogía dinero de una caja roja metálica", explica Ángel. Al salir de la nave, solicitaron la documentación al empleado. El joven comenzó a ponerse nervioso y dijo que no tenía documentación. Cuando los vigilantes decidieron avisar a la Guardia Civil, el chico se escapó y salió corriendo. "Por instinto me salió perseguirle, aún recuerdo el sonido de su acelerón al empezar a correr", relata Ángel. Consiguió atraparlo tras 800 metros de carrera. "Se puso un poco agresivo, lo redujimos y le pusimos las esposas -señala-, luego le dijo a la Guardia Civil que le habíamos dado una paliza". Posteriormente, también se encaró con los agentes del instituto armado.
El conductor del taxi que llevó al chico hasta el polígono la segunda vez reveló que traía al chico, que mostraba síntomas de embriaguez, de una casa de citas de Guísamo.
El director de Prosenorsa, Jaime Villares, que se muestra muy satisfecho con la labor de su empleado, ha decidido proponerlo a la Unidad Central de Seguridad Privada para que le otorguen una mención especial.