Un jefe de servicio de Bienestar Social afirma que algunos jóvenes requieren "contención física"
J.J. Benito/ J. Mestre, Castelló
El jefe de servicio de la Conselleria de Bienestar Social en Castelló, Enrique Carceller, justificó ayer el uso de la fuerza física en el Centro de Menores del Baix Maestrat de Vinaròs, al que el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ha denunciado de malos tratos y de vulnerar los derechos fundamentales de los internados. "Hay menores en circunstancias especiales que requieren, aparte de un proceso educativo importante, tener que pararles en un momento determinado mediante contención física", dijo el representante del Consell, administración titular de este centro.
Carceller, que acudió a una jornada de coordinación entre las fuerzas de seguridad y judiciales para la protección de menores en Vinaròs, explicó que los internos que acoge la residencia del Baix Maestrat, gestionada por la Fundación Internacional O´Belén, presentan "conductas difíciles de atajar en otros centros de acogida que nos llevan a emplear métodos más específicos que en otros casos". Admitió que en el informe de Múgica "consta que en ciertas ocasiones algún joven ha sufrido daños", en referencia al adolescente que denunció que un vigilante de seguridad le había roto el brazo durante una contención, y añadió al respecto que "a veces a este tipo de menores es necesario pararles ante un brote psicótico o esquizofrénico y, si no es mediante la manipulación, dificilmente van a consentir ninguna medida de protección ni farmacológica que les atempere su conducta". Por ejemplo, apuntó que cuando se puso en marcha el Baix Maestrat hubo jóvenes "con dificultades que destrozaron algunas habitaciones". "Las condiciones de estos centros deben ser adecuadas para garantizar la seguridad de los menores, funcionarios y personal educativo que trabaja en él", agregó.
El Defensor del Pueblo cuestiona en su dictamen, entregado el lunes al Congreso de Diputados, el "abusivo" uso de la fuerza y de medicamentos en las residencias de menores Baix Maestrat en Vinaròs y l'Omet en Elche. Múgica advierte en él que muchos menores del Baix Maestrat le trasladaron la "cotidianidad" con las que se ejecutan las "contenciones físicas", y señala que un interno le aseguró que un vigilante de seguridad le había roto un brazo al hacerle una contención. También indica que se les obliga a desnudarse y ponerse de cuclillas durante los registros, y reprocha la excesiva utilización de medicamentos como medida de control.
En ese sentido, la Fiscalía de Menores de Castelló ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos, según informó ayer su portavoz, Mercedes Díaz. La ministra de Educación, Mercedes Cabrera, había reclamado el martes a la Fiscalía General la apertura de una investigación judicial en los centros de Vinaròs y Elche.
El jefe de servicio de Bienestar Social informó así que el martes técnicos de los Servicios Sociales, de la dirección territorial de Bienestar Social y de la fiscalía visitaron el centro "para evaluar si se han podido dar circunstancias o aspectos que se tuvieran que corregir". La portavoz de la fiscalía concretó que los dos coordinadores de menores se personaron en el Baix Maestrat tras conocer el informe de Múgica "a través de los medios de comunicación", y señaló que ahora están contrastando la información del Defensor del Pueblo con los datos disponibles de su evaluación para ver si se observa algún "atisbo de ilícito penal", en cuyo caso se tomaría alguna medida como la apertura de diligencias de investigación penal, según indicó en una nota. Añadió que posteriormente se elevará un informe a la Fiscalía General del Estado.
No obstante, Díaz subrayó que en las inspecciones rutinarias realizadas hasta ahora de los coordinadores de menores no se halló ninguna irregularidad ni se tuvo constancia de alguna denuncia por parte de los internos.
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