http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20090325/pvasco-espana/alarmas-saltan-motivo-euskadi-20090325.html
La inmensa mayoría de las alarmas que saltan en viviendas, pequeñas empresas y comercios del País Vasco lo hace sin motivo. La compañía Prosegur Activa calcula que ocurre en el 95% de los casos. Esta firma de seguridad ha iniciado una campaña en colaboración con la Ertzaintza para instruir a los usuarios sobre el correcto funcionamiento de los dispositivos. «En Euskadi se disparan unas 3.600 alarmas al mes. Aproximadamente, 1.500 casos se ponen en conocimiento de la Policía autónoma. De ese porcentaje, todavía un 95% siguen siendo falsas alertas», aseguró el gerente de la empresa, Miguel Angel Gutiérrez.
Los fallos son fruto de un mal uso o desconocimiento del sistema por parte de quienes lo manipulan. Con todo, la comunidad se sitúa a la cabeza de España en el uso de estos aparatos. «El cliente en el País Vasco está más educado, más concienciado». Una falsa alarma significa que se empleen inútilmente recursos humanos destinados a la seguridad ciudadana. «Si se mejoran los resultados prestaremos una mayor colaboración de las fuerzas de seguridad. De manera proporcional, la confianza de la Ertzaintza irá en aumento y se traducirá en unas intervenciones más rápidas por su parte», explicó Gutiérrez.
Cultura de la seguridad
Dentro de la Policía autónoma, la unidad de Seguridad Privada, con base en Bilbao, se ocupa de verificar las alarmas. En ocasiones, actúa de oficio para comprobar su buen fucionamiento y revisa todas las nuevas instalaciones. La normativa obliga a evitar que los dispositivos salten más de dos veces al mes sin motivo. En caso contrario, puede obligarse al usuario a desmontar el artilugio.
Prosegur Activa ha elaborado un vídeo con consejos prácticos para impedir que se activen en falso, como avisar a la empresa si se realizan reformas en la vivienda o local, dejar puertas y ventanas cerradas al salir, y hasta quitar las plantas del radio de acción de los sensores de movimiento.
La firma también se propone concienciar a quienes instalan estos aparatos para aumentar la cultura de la seguridad. En otros países europeos y en Estados Unidos se trata de una costumbre muy arraigada y hasta existen asociaciones de lucha contra las falsas alarmas. Se calcula que en España hay 1,1 millones de estos sistemas.