http://www.eldiariomontanes.es/prensa/20090326/opinion/cartas-director/gracias-senor-olmo-respeto-20090326.html
Pocos dichos son tan ciertos como este: «de bien nacidos es ser agradecido».
Anteriormente como vigilante jurado, y con las nuevas leyes actuales como vigilante de seguridad, muchas han sido las empresas y centros oficiales en las que he realizado este digno trabajo. Actualmente ejerzo como tal y entre otras funciones actúo como filtro directo e inicial en la Consejería de Industria y Desarrollo Tecnológico de la Comunidad de Cantabria.
En nuestro trabajo es imprescindible una correctísima y pronta comunicación, así como un reconocimiento a una labor más complicada a veces de lo que parece, para que las visitas y por supuesto el cliente, en este caso la Consejería de Industria, no experimenten ningún perjuicio ni tengan queja alguna en los trece años que el competente grupo de vigilantes de seguridad de nuestra empresa Eulen llevan a cargo de Sican y la Consejería de Industria.
La principal actuación que realizamos es velar en el interior de la Consejería y controlar los accesos filtrando las visitas que se dirigen al señor consejero, pudiendo éste realizar su importantísimo trabajo sabiendo que los problemas vulgares, desagradables e incorrectos, han sido respetuosamente redirigidos. No es difícil comprender que sin un trato muy directo con usted, señor Del Olmo y sin una cordialísima información para los vigilantes de seguridad entre su majestuoso equipo de trabajo, secretario general, jefe de gabinete y secretarias, nuestro trabajo sería un tanto más complejo. En definitiva, y después de tantos años trabajando en muchos servicios como vigilante de seguridad, que dicho sea de paso, siempre me trataron bien, quiero resaltar el trato, no solamente bueno sino exquisito, recibido por usted señor del Olmo.
No solo nosotros los vigilantes hemos recibido un gran trato humanitario por su parte. No me duelen prendas, y para que no haya malos entendidos, en comunicarle mi admiración como persona y político ahora que nos ha dejado. Es más, ya sabrá que Santander, como se suele decir, es un pueblo y se sabe todo. Yo, como santanderino que soy, me jacto de conocer a mucha gente de nuestra ciudad, y todavía estoy por encontrar a una persona de las que han trabajado como yo a su lado que tenga otra cosa que no sean elogios hacia usted.