Las armadas de medio mundo, incluyendo la Operación Atalanta, intentan proteger el tráfico marítimo que bordea la costa somalí. Sin embargo, los pesqueros españoles se ven indefensos y no dudan en recurrir a la seguridad privada.
Los pesqueros españoles están incorporando seguridad privada para sus viajes a Somalia al no sentirse suficientemente protegidos con la intervención naval de la UE. Tras el envío de un barco de Blackwater al Golfo de Adén, la empresa española Eulen busca personal cualificado para ampliar su línea de negocio.
Desde el secuestro del ‘Playa de Bakio’ algunas empresas españolas han visto oportunidades nuevas de negocio. Es el caso de Eulen Seguridad, que está ampliando su plantilla de vigilantes privados para proteger a los pesqueros españoles.
Algunos armadores españoles consideran que la participación del Ministerio de Defensa en la ‘Operación Atalanta’ de la Unión Europea con una fragata y el P-3 no es suficiente para garantizar la seguridad de la flota pesquera. Y se está optando por contar con un mínimo de seguridad ante posibles abordajes piratas.
Eulen, por ejemplo, ofrece este servicio a los atuneros españoles. Los contratos tienen una duración de tres meses para los escoltas embarcados que cobran mensualmente unos 4.500 euros. Suelen ir en parejas, uniformados y armados con escopetas del calibre 12. Hasta el momento, el portavoz de Eulen ha declinado comentar esta nueva unidad de negocio.
España está haciendo gestiones con países de la UE, árabes y asiáticos para que formen parte, junto con Francia, de la fuerza naval para proteger a los barcos pesqueros de la piratería en aguas de Somalia. La idea de activar este contingente naval para dar seguridad a la marina mercante y a los pescadores que faenan en aguas somalíes ante los ataques de los piratas surgió tras el secuestro del buque Playa de Bakio a finales del pasado mes de abril.
"En Somalia, seguro que alguien pagó, el Gobierno español o la cooperativa de pescadores. Creo que fue el Gobierno... Pero la teoría británica es que, si pagas un rescate hoy, mañana lo volverán a hacer", comenta el capitán John Dalby, de la Royal Navy. Para él no es nuevo el problema al que se enfrenta el Gobierno español. Ya lo vivió hace años en su país, el Reino Unido, cuando advirtió ante la Cámara de los Lores del incremento de la piratería en el sur de China. "Hace más de 15 años estuve en el Parlamento británico, dije que habría piratas en el sureste de Asia y dije que los siguientes serían la costa de Somalia y Nigeria. Y no me creyeron. Y mi predicción es que Nigeria será el próximo, y será más peligroso porque tienen petróleo. Van a actuar preparados con ataques terroristas", vaticinó.
Pero la solución es difícil y el Gobierno está barajando diferentes salidas. La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha intentado que Francia la secunde para lograr ayuda internacional. Pero ni la ONU ni la UE están dispuestos. "Pero la ONU tienen barcos allí permanentemente y debería estar protegiendo los barcos de los piratas. El problema es que si hay un ataque al año, el coste de un buque protector es demasiado alto y los gobiernos no lo quieren pagar", explica John Dalby.
Por último, el Gobierno español ha entrado en conversaciones con la flota pesquera que faena en zonas peligrosas, que ofreció la vía de la seguridad privada con subvención pública. "Somalia no es nuestro territorio, nadie nos pagaría por un barco de pescadores porque no lo vale", repite Dalby. "Con la crisis de alimentos y la subida del carburante, los países africanos son una bomba, deberían resolver el problema de Somalia", alerta el capitán.
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