* La medida busca incrementar la seguridad con un público 'más tranquilo'
* La media en el consumo de copas en crisis ha bajado del 1,7 al 1,2 por noche
* Los hosteleros quieren conocer el reglamento de vigilantes para aplicarlo
La crisis y la seguridad están llevando a la mayoría de las discotecas de la ciudad a tomar una medida restrictiva: sólo permitir la entrada a los mayores de 21 años. La solución no es nueva pero es ahora cuando una gran parte de los empresarios del ocio nocturno urbano se han decidido a aplicarla en base al derecho de admisión, según confirman fuentes de los hosteleros.
Los argumentos para aplicar la iniciativa tienen dos vertientes, la económica y la social. Por lo que respecta a la primera, los propietarios son conscientes de que son los adultos los que tienen un mayor poder adquisitivo y con ellos el consumo es más elevado. Actualmente, la media de copas es de 1,2 por noche, algo inferior a la de antes de la crisis cuando el consumo medio era de 1,7.
Por eso, muchos están optando por captar a un perfil de cliente que les permita incrementar la caja. Los de la segunda pasan por la tranquilidad del local. En la mayoría de casos, la edad atempera la conducta y reduce los conflictos y peleas. La tranquilidad contribuye a mejorar el ambiente y favorecer la asistencia de un público más manejable.
Además, los hosteleros han constatado que la crisis económica ha contribuido a relanzar con más intensidad el fenómeno del botellón. Son los más jóvenes los más afectados por esta situación y el exceso de alcohol genera problemas en el interior de las discotecas. "Hemos constatado que con la crisis se ha recrudecido el botellón y el consumo de alcohol en exceso aumenta la posibilidad de conflictos. Es algo que no beneficia a la imagen del local y que causa muchos problemas de seguridad", explica el portavoz de la Federación de Empresarios de Hostelería de Valencia, Vicente Pizcueta.
Precisamente, la seguridad es uno de los principales elementos de preocupación entre los empresarios del ocio nocturno después de la tragedia de Madrid donde falleció un joven por el ataque de un vigilante. El celo que han puesto desde entonces las administraciones en la seguridad de los locales ha puesto en problemas a los empresarios, que quieren evitar cualquier tipo de incidencia en el interior del recinto.
Por eso, se han decidido en masa por un público más adulto y previsiblemente tranquilo. Es el caso de algunas discotecas en la ciudad, dirigidas específicamente a una franja de edad. "El público de más edad prefiere locales donde haya gente de su mismo perfil", subraya Pizcueta.
El caso de los vigilantes y las pruebas que deben superar para poder hacer sus funciones en las salas de ocio supone otro quebradero de cabeza para los hosteleros. En Madrid, el nivel de suspensos de aquellos que se presentaron a los exámenes fue muy elevado, casi el 40% y abre un nuevo debate cuando esta prueba llegue a la Comunidad. Los que acudirán a las pruebas ya están contratados y en caso de no pasarlas el empresario no sabe a qué atenerse. "¿Se les deberá despedir? ¿Será un despido procedente o improcedente? Son cuestiones que no se han aclarado y que deben de estar muy detalladas antes de que comiencen los exámenes", concluyó Pizcueta.
De momento, los exámenes no han comenzado en la Comunidad Valenciana pero los empresarios están reclamando ya a la administración autonómica que detalle todas las medidas antes de ponerlas en práctica.
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/13/valencia/1239616612.html