Ángel González Rodríguez, propietario de una empresa de transporte ubicada en la localidad de Diezma desde hace más de treinta años, está siendo víctima de una irritante mala racha. Al parón forzado de sus tres camiones por culpa de la omnipresente crisis, se le ha unido la machacona obsesión de los cacos con su negocio: ha sufrido tres robos en un mes. Así que está harto y desesperado. Lógico.
La empresa de Javier está ubicada está ubicada en el camino de Jívar y cuenta con una flotilla de tres vehículos frigoríficos trailer que llevan frutas y otros productos perecederos a toda España y varios países del resto de Europa. Durante todo el pasado mes de marzo, los camiones estuvieron estacionados en las instalaciones de la empresa por la crisis: no había portes.
Sabotaje
Según indicó ayer el transportista a este periódico, el día 1 de marzo, ya de madrugada, unos desconocidos saltaron una cerca de unos dos metros de altura y vaciaron de combustible el depósito de uno de los camiones:huyeron con 750 litros de gasóleo.
Ángel denunció lo ocurrido, pero, hasta el momento, no se produjo ninguna detención, según explica. El segundo robo tuvo lugar el 25 de marzo y fue también de madrugada. Varios individuos se apoderaron de cuatro neumáticos nuevos que estaban enganchados en los bajos de uno de los vehículos articulados. El valor de la mercancía sustraída ascendía a unos dos mil euros.
Además, y siempre según el relato del afectado, los ladrones abrieron las puertas de los motores frigoríficos de los camiones y metieron en su interior una gran cantidad de hierba seca. Según Ángel González, esa maniobra hubiese causado el incendio en carretera de los camiones.
La Guardia Civil realizó una inspección ocular por los alrededores de las instalaciones y abrió la correspondiente investigación para tratar de dar con los cacos.
No obstante, el dueño de la empresa decidió contratar a un vigilante nocturno para intentar frenar la racha.
El día 28 de marzo, el guarda de seguridad sorprendió ‘in fraganti’ a tres hombres de mediana edad. Al verse descubiertos, los presuntos delincuentes se dieron a la fuga para perderse en un olivar cercano. El vigilante llamó entonces a la Guardia Civil, cuyos agentes no pudieron localizar a los sospechosos.
Dada la acumulación de incidentes de este tipo, el empresario se ha visto obligado a recurrir a una compañía especializada en materia de seguridad para que le haga un estudio de posibles sistemas anti robo, con alarmas, cámaras de vídeo vigilancia ocultas u otros sistemas similares, ya que teme que le puedan sustraer alguno de los camiones.
Ángel se queja de que no sólo tiene que soportar los efectos de la crisis, sino los robos continuos. Tiene miedo de acabar arruinado si las cosas continúan como hasta ahora.
http://www.ideal.es/granada/20090504/local/granada/empresario-transporte-parado-crisis-200905040851.html