Dos de los tres niños, de 12 y 13 años, recibieron asistencia hospitalaria y uno asegura que lo metieron en un vagón de Renfe para esposarlo
Grafitos: Los vigilantes niegan la agresión y aseguran que los adolescentes se cayeron por las escaleras. Les acusan de querer realizar pintadas en un tren.
«Mi hijo está aterrorizado. No quiere volver a hablar del tema. Y uno de sus amigos no se atrevía a salir del vagón en el que lo metieron por si seguían pegándole. Ni siquiera cuando ya estaban allí sus padres». Tres menores de entre 12 y 13 años tardarán en olvidar el amargo trago vivido junto a la estación de San Isidro de Renfe en Valencia. Dos de ellos tuvieron que pasar incluso por el Hospital Doctor Peset por la paliza que, según sus padres, les propinaron dos vigilantes de las instalaciones ferroviarias.
Todo ocurrió hacia las ocho de la tarde del pasado sábado, cuando los tres adolescentes, vecinos de Patraix, estaban sentados en una escalerilla de acceso al andén de San Isidro, junto a las cocheras de la EMT. El progenitor no oculta que, instantes antes, los menores habían estado haciendo un grafito en una pared cercana, fuera del recinto de Renfe. En unas mochilas colgadas a la espalda llevaban varios aerosoles de pintura.
La policía ha constatado que los adolescentes no accedieron al andén de Renfe. El violento episodio se originó cuando uno de los menores de edad se levantó y anduvo hacia una zona con arbustos. «Le entraron ganas de orinar y pensó en hacerlo ahí», relató el progenitor.
La acción fue observada por un vigilante de seguridad de la estación. Junto a otro compañero, corrió hacia los adolescentes. Y allí mismo, junto a las escaleras de acceso al andén, comenzaron a agredir a los menores, según la denuncia de los padres y como respaldan hasta tres testigos que contemplaron la escena desde las cocheras de la Empresa Municipal de Transportes (EMT).
Según la declaración de los guardias jurados ante los policías de Patraix que acudieron a la estación, la intención de los adolescentes era pintar un tren. Los vigilantes aseguraron que habían redoblado la vigilancia en el andén tras detectar en internet mensajes que hablaban de pintar grafitos esa noche en la estación de San Isidro.
La agresión hizo que dos de los menores sufrieran diversas heridas. Restos de sangre quedaron como prueba de los golpes al pie de la escalera de acceso al andén. «A uno lo inmovilizaron con una bota en el suelo y le propinaron varias patadas», asegura el padre.
Los vigilantes se llevaron a uno de los menores al interior de la estación, según los denunciantes. Sus dos amigos se zafaron de los guardias y se refugiaron en las instalaciones anexas de la EMT. «Durante más de una hora lo tuvieron dentro de un vagón», aseguran los padres. El adolescente relató después que los vigilantes lo amedrentaron con darle una paliza, lo atemorizaron deslumbrándolo con una linterna en la cara e incluso hicieron ademán de esposarlo.
Policías locales y nacionales acudieron a la propia estación de San Isidro alertados por los padres. Según los progenitores, los propios guardias colgaban el móvil del pequeño cuando su asustada madre trató de contactar con él. Interrogados por los agentes, los vigilantes sostuvieron que los adolescentes se habían lesionado al caerse por las escaleras.
«Vamos a ir a por todas», sostuvo el indignado padre. Los menores terminaron ayer de ratificar su denuncia y el caso está ya en manos de la Policía Nacional y de un juzgado de Valencia, al que remitieron sendos partes de lesiones desde el hospital.
http://www.lasprovincias.es/valencia/20090602/valenciana/unos-padres-denuncian-vigilantes-20090602.html