Los ladrones asaltan cuatro despachos de profesores en dos meses tras forzar puertas y ventanas para apropiarse de material informático
Algunos profesores de la Universidad Politécnica de Valencia tienen miedo. Varios hasta esconden barras de hierro o mazas en sus despachos. Y es que, en los últimos dos meses, las dependencias de Industriales y Agrónomos han sufrido cuatro asaltos por parte de ladrones que fuerzan puertas y ventanas en busca de material informático.
El último de los robos se produjo el martes, en la Escuela Técnica Superior (ETS) de Ingenieros Industriales. El reloj marcaba las 20.15 horas y el catedrático y profesor Juan Rovira estaba solo en la zona de profesores. El edificio universitario, prácticamente vacío. De repente, se abrió la puerta de su despacho y se cerró con la misma rapidez. «No llegué a ver al ladrón. Seguramente se marchó al ver que el despacho estaba ocupado». El catedrático se asustó, alertó a los vigilantes de seguridad e inspeccionó las dependencias de los profesores.
Rovira no consigue borrar de su memoria esos momentos de intranquilidad. «La verdad es que pasé miedo», confesó. Junto con un empleado de seguridad descubrió lo ocurrido. El despacho de un compañero, Pedro Museros, situado a pocos metros, había sido desvalijado. El intruso, en su huida precipitada, abandonó dos bolsas de plástico con varios objetos.
«¡Por favor, no toque nada!», espetó el vigilante. «He llamado a la policía y tienen que venir unos agentes para buscar huellas», añadió. Cerraron la puerta con llave y dejaron todo como se lo habían encontrado. La sorpresa llegó a la mañana siguiente. Los aparatos habían desaparecido. Al parecer, el ladrón volvió de madrugada y se llevó su botín: un ordenador de sobremesa, un monitor plano, un escáner, un teléfono fijo y un disco duro en el que Museros guardaba «numerosos trabajos que se han perdido al no existir copia de seguridad», lamentó el profesor.
Durante el mes de mayo, los despachos de la ETS de Agrónomos han sufrido tres asaltos similares. «Siempre forzando puertas y ventanas y siempre en busca de material informático», aseguraron fuentes próximas al caso. Lo que se ignora es si los robos son obra de uno o varios delincuentes.
Los ladrones, según Rovira, «aprovechan la escasa vigilancia nocturna en el Politécnico y el fácil acceso a los despachos a través de las pasarelas».
Más seguridad
Para el catedrático, la seguridad «debería ser mayor en un espacio de unas cuatro hectáreas que agrupa las instalaciones de Industriales, Caminos, Arquitectura, Agrónomos, Telecomunicaciones o Informática, entre otras carreras».
Además de estos robos, los vigilantes han detenido en siete ocasiones a un delincuente argentino que se dedica a forzar las máquinas de café. El ladrón empujó a una investigadora y trató de llevarse su portátil a mediados de mayo, añadieron las mismas fuentes. También hay que sumar una lacra habitual: hurtos de carteras en zonas de estudio.
ARMADO. El catedrático Juan Rovira muestra la maza y la barra de hierro en su despacho por miedo a los ladrones. / J. A. MARRAHÍ
http://www.lasprovincias.es/valencia/20090606/sucesos/oleada-robos-politecnica-20090606.html