El joven Manuel dos A.M. se declaró este martes autor de los disparos que el 15 de agosto de 2007 acabaron con la vida de José Alvarez Nión, cuando éste se encontraba trabajando de vigilante de seguridad en el polígono industrial del municipio pontevedrés de Mos, y exculpó al otro procesado.

En el juicio con jurado popular que comenzó este martes en la Audiencia Provincial de Pontevedra, Manuel dos A.M. alegó en su defensa que disparó contra el vigilante porque temió por la vida de su amigo, el otro procesado Roi C.B., de quien dijo que estaba presente, pero no tuvo nada que ver en este crimen.

Manuel dos A.M., de 21 años de edad, relató que fue al polígono industrial con su amigo Roi a fumarse unos porros. Fueron en un coche que ambos habían robado unos días antes y llevaban una carabina que también habían sustraído a un familiar.

POLÍGONO VACÍO

Era fiesta, día de San Roque, así que el polígono industrial estaba desierto. Sólo estaba en el lugar un guardia de seguridad, la víctima, que era un joven como ellos de 21 años de edad.

Este acusado explicó que el vigilante se les acercó, tomó unas notas y se fue para meterse en su coche. Pensó que los iba a delatar y, para evitarlo, fue tras él y le encañonó con el arma al tiempo que le pedía las llaves del coche, para que no pudiera irse, y el teléfono móvil para que no hiciera ninguna llamada.

"Encendió el coche y aceleró, y como estaba delante Roi tuve miedo por la vida de mi amigo y le disparé a la cabeza", dijo Manuel dos A.M. quien, a continuación, se acercó a la víctima y, al ver que aún seguía con vida, le puse el cañón de la carabina en el cuello y disparó otra vez.

"Me arrepiento de hacerlo", declaró el acusado con un tono de voz tan tenue que la magistrada que preside el juicio le llamó la atención en varias ocasiones para que hablara más alto.

En cuanto al otro acusado, Roi C.B., únicamente admitió que "estaba allí" pero no tuvo participación alguna en el crimen que cometió su amigo, del que dijo que "no contaba con que iba a matar a nadie".

PARALIZADO

Roi C.B. añadió que, tras el primer disparo contra el vigilante, a quien se refirió como "el chavalito", se quedó "paralizado" y cerró los ojos al ver que "intentaba hablar y echaba sangre por la boca".

Los dos acusados aseguraron que en ningún momento planearon matar ni robar, y aseguraron que se fueron del polígono industrial llevándose sólo el teléfono móvil del vigilante, con el que efectuaron varias llamadas a unos amigos para irse de fiesta.

Inicialmente el fiscal los acusa de asesinato, robo y tenencia ilícita de armas, y pide penas de 21 años y medio de prisión para cada uno, así como una indemnización para la madre de la víctima de 150.000 euros.

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