Los seguidores del Boss tuvieron que sufrir una larga espera con avalanchas incluidas hasta que se abrieron las puertas ·· Los casi 39.000 espectadores que vieron la actuación de Bruce en Compostela procedían de diferentes países
Impresionante la marea humana que subía al Monte do Gozo
Los fans más madrugadores llegaron el jueves a las inmediaciones del Auditorio del Monte do Gozo, pero fue sin duda ayer, sobre todo a partir de la tarde, cuando la mayor parte de los seguidores del Boss iniciaron su particular peregrinación al Monte do Gozo.
Muchos se dejaron contagiar por el espíritu jacobeo y optaron por llegar caminando al lugar del concierto. Otros prefirieron recurrir a los autobuses urbanos habilitados para la ocasión por el Ayuntamiento, y sólo recorrieron a pie un pequeño tramo.
Los más perezosos se desplazaron en sus coches hasta los aparcamientos gratuitos, aunque después, también tuvieron que recurrir a las dos patitas para alcanzar el Monte do Gozo. El esfuerzo merecía la pena, porque el dios Springsteen los esperaba en la meta. De no ser así, a buen seguro que durante la empinada travesía se hubiera escuchado más de un lamento, pero ayer no había lugar para las quejas, porque sólo tenía cabida la alegría y la diversión.
Una peregrinación vigilada muy de cerca por un gran número de efectivos de la Policía Nacional y Local, Guardia Civil, Protección Civil, bomberos y seguridad privada.
Los hubo que fueron ensayando la Rianxeira, por si el Boss se animaba con ella, cantando los grandes éxitos de Bruce, o incluso meditando ante el gran momento que estaban a punto de vivir. A pesar de las advertencias de los responsables municipales, los atascos en las vías de acceso a las inmediaciones del auditorio fueron inevitables, aunque los conductores ya venían preparados para el follón.
Avalanchas en las puertasLas puertas del auditorio se abrieron sólo dos horas antes del inicio de la actuación, por lo que se produjeron grandes aglomeraciones en las entradas. Este rotativo recibió múltiples llamadas de seguidores muy molestos, que denunciaron la ausencia de vallas y agentes de seguridad para ordenar la entrada de los fans en y calificaron lo ocurrido de "desorganización total". Algunos incluso aseguraron que se produjeron incidentes y empujones entre el público que esperaba para acceder al auditorio. Poco a poco el recinto se fue llenando por completo. Ya faltaba menos y los nervios comenzaban a apoderarse del público, hasta que los compases de la Rianxeira dieron el pistoletazo de salida al que ya es el concierto del año.
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