El juez ha tenido en cuenta al riesgo en el que se encontraba la víctima para imponerle el brazalete a su ex pareja.
El dispositivo con GPS alertará a la mujer y a la policía cuando el maltratador esté a 500 metros
V. C. M./AGENCIAS VALENCIA/MADRID
Un vecino de la provincia de Valencia es, desde ayer, el primer hombre en tener que utilizar una de las 3.000 pulseras con GPS para la localización de maltratadores con orden de alejamiento que ha puesto el Gobierno a disposición de los juzgados. El juez que ha impuesto esta medida accesoria ha tenido en cuenta las "circunstancias especiales de riegos" en las que se encontraba la víctima, según señalaron ayer fuentes del Ministerio de Igualdad.
Tanto el inculpado como la víctima estarán equipados con este dispositivo. A partir de ahora, siempre que este maltratador condenado y con orden de alejamiento se acerque a quinientos metros de su ex pareja, el dispositivo emitirá una señal que advertirá a la víctima y al centro de control de una compañía de seguridad privada, que a su vez informará a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. También el maltratador recibirá un aviso desde su propio dispositivo para advertirle de que está siendo vigilado.
El ministerio no ha querido facilitar más detalles sobre el agresor al que se ha impuesto la medida, o sobre el juez que la ha dictado, por entender que se pondría en peligro la intimidad y la seguridad de la víctima y por tanto, la efectividad del sistema.
Según confirmaron fuentes del Ministerio de Igualdad, a este primer dispositivo le sucederá un segundo solicitado por otro juez de la provincia de Badajoz, que entrará en funcionamiento en las próximas horas.
Desde el pasado 24 de julio, los juzgados de toda España disponen de tres mil pulseras para mejorar el control de las medidas de alejamiento de los maltratadores respecto a sus víctimas con mayor riesgo. Estas pulseras sólo se pueden imponer por orden judicial y están gestionadas por el consorcio formado por Securitas Direct y Telefónica.
El sistema conecta al supuesto agresor y a la mujer con un centro de control único operativo 24 horas al día y todos los días del año, donde personal cualificado atiende las incidencias y traslada la información a la Guardia Civil o a la Policía Nacional, tanto si se trata de una incidencia técnica como si se da un caso de emergencia.
En el Centro de Control las alertas están clasificadas atendiendo a su gravedad. Además de recibir información a tiempo real sobre la ubicación geográfica de agresor y víctima, detecta y demarca las zonas de exclusión (aquellas a las que no puede acercarse el agresor por orden judicial) como las de inclusión (aquellas en las que se supone que debería estar en momentos determinados) para controlar el acceso el inculpado a las mismas.
El inculpado lleva un brazalete ajustable a la muñeca o el tobillo que funciona como transmisor de radiofrecuencia y que lleva aparejado un dispositivo de rastreo GPS. El transmisor envía señales al centro de control para verificar que el inculpado lleva consigo el localizador y es capaz de activar una alarma en el momento de coincidir a menos de 500 metros con el dispositivo de la víctima.
Por su parte, la víctima llevará un aparato electrónico similar a un teléfono móvil, que informa de su situación a un centro de control y permite la comunicación de voz, además de disponer de un "botón de pánico" para alertar directamente a la policía.
Cataluña aplicará la castración voluntaria a partir de septiembre
La Conselleria de Justicia de la Generalitat de Cataluña ofrecerá a partir de septiembre a los presos condenados por agresiones sexuales a punto de salir de prisión y con riesgo de reincidir la posibilidad de someterse a un tratamiento farmacológico voluntario que les inhibirá el deseo sexual. La titular de Justicia, Montserrat Tura, aseguró que el tratamiento, pionero en España, "se tiene que tomar voluntariamente" porque si no "se tomarán la primera dosis, pero la segunda, cuando ya estén en la calle, ya no se la tomarán". Tura dijo que aquellos violadores que se sometan al tratamiento -una inyección hormonal que reduce la producción de testosterona- "tienen que entender que les puede ayudar a resolver el problema, no volver a cometer delitos, no volver a prisión y, sobre todo, que no haya más víctimas de su actitud". El tratamiento no garantiza al 100 por cien que los violadores no vuelvan a agredir, por lo que deberá ser complementado con una terapia psicológica por parte de especialistas.
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2009/08/07/comunitat-valenciana-valenciano-lleva-primera-pulsera-control-maltratadores/619060.html