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Las asociaciones de camioneros piden que se construyan aparcamientos vigilados en Aragón.Las bandas que desvalijan vehículos buscan mercancías ligeras, de pequeño tamaño y gran valor
Las asociaciones de transportistas de Aragón han denunciado la creciente inseguridad en las áreas de servicio donde paran los camioneros a descansar, en particular en los paradores de la ruta de Madrid a Barcelona y en los alrededores de la capital aragonesa. La Guardia Civil ha actuado con contundencia contra bandas organizadas que roban mercancía de los camiones, pero se siguen desvalijando vehículos que transportan cargas muy diversas, desde alimentos a piezas de ordenador o repuestos de automóvil.
Esta situación está creando una gran alarma social, y por ello Transportes Discrecionales de Aragón (Tradime) solicitará al Gobierno de Aragón y al Ayuntamiento de Zaragoza que se construyan grandes estacionamientos vigilados de carácter público para vehículos pesados.
"Es preciso que las áreas de descanso donde se detienen los camioneros a pasar la noche estén más vigiladas", señaló Jesús Arbiol, responsable de Tradime, que insistió en que Aragón se encuentra en medio de los dos ejes viarios por los que pasa la mayor parte de las mercancías que se mueven en España por carretera: el que une Bilbao con Valencia y el que une la capital de España con Cataluña.
IMPUNIDAD Sin embargo, acabar con el problema de la inseguridad en las áreas de descanso no resulta fácil. Las bandas que roban a los camioneros están perfectamente organizadas, planifican muy bien sus actuaciones y cuentan incluso con almacenes en los que ocultan el botín hasta que le dan salida en el mercado negro.
Los investigadores saben que, en la mayoría de los casos, los miembros de estas organizaciones viven en la periferia de Barcelona y que es posible que tengan informadores en algunas fábricas, pues nunca dan golpes a ciegas. Siempre saben qué transporta el camión elegido para dar el golpe y solo se llevan mercancías que se revenden sin problemas.
Entre sus objetivos preferidos figuran los alimentos y los componentes informáticos, pero no desdeñan otros cargamentos, como ventiladores o básculas de baño. Prefieren los artículos de pequeño tamaño y poco peso, fáciles de transportar y con gran valor económico.
De esta forma pueden actuar rápidamente, introducir el botín en furgonetas y huir a toda velocidad, amparándose en la noche y en la impunidad que da moverse por autovías y carreteras nacionales saturadas de tráfico en las que tienen muchas posibilidades de pasar inadvertidos.
Por lo general, nunca roban grandes cantidades ni objetos voluminosos. Tampoco pierden el tiempo con camiones herméticamente cerrados. Buscan presas fáciles, vehículos donde baste con rajar la lona o forzar la cerradura para tener a mano la carga.
MOVILIDAD Si la Guardia Civil incrementa la vigilancia en las áreas más castigadas por los robos, las bandas se mueven a otras zonas donde sienten menos presión, en los más de 600 kilómetros que separan Madrid de Barcelona, entre Bilbao y Zaragoza o en la ruta de Andalucía.
Los delincuentes que se ceban con los camiones actúan de forma coordinada y en varios vehículos, uno de los cuales siempre se dedica a vigilar para dar la señal de alarma en cuanto notan la presencia de agentes de la Benemérita o de vigilantes de seguridad. Al menor problema, huyen a toda velocidad.
Las fuerzas del orden interceptaron la pasada semana a una banda que robaba camiones cargados de comida y que actuaba en varias provincias, entre ellas la de Zaragoza. Las detenciones contribuyen a acabar con el problema, pero los delincuentes se las componen para no llevar mucha mercancía en el momento de ser detenidos, con el fin de eludir la acción de la Justicia o de ser juzgados por delitos con penas de cárcel que no suponen la encarcelación. Con todo, muchos de ellos arrastran un largo historial delictivo y están más que fichados.
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