La constructora afirma que todo está en orden y que se trata de dos empresas con trabajos diferentes
«Nos quitan nuestro trabajo y nosotros, al final, sólo estamos para encubrirlos por si viene la policía», denunció un vigilante de seguridad que trabaja en las obras del futuro hospital de Reus. Algunos empleados de seguridad explicaron que dos ciudadanos extorsionan a la constructora para que les deje desarrollar funciones de vigilancia, a pesar de que no tienen ningún tipo de formación ni acreditación para hacerlo. En caso de recibir la negativa de la constructora, según los vigilantes, les amenazan con entrar a robar.
Cada día, cuando anochece y durante los fines de semana, las obras del hospital de Reus, el proyecto más importante de la ciudad en la actualidad, cuentan, según algunos trabajadores, con dos tipos de vigilantes, los legalizados y los que ejercen las funciones pero que están contratados para otro tipo de trabajo.
«No podemos movernos de nuestro espacio, no nos dejan hacer rondas ni nada, ellos quieren ocuparse de todo», aseguró uno de los trabajadores. Incluso afirmóque, en alguna ocasión, han amenazado de muerte a algún compañero por darles consejo o rogarles que no dejen entrar a nadie en la obra. Un hecho que han denunciado a los Mossos d’Esquadra.
Para los trabajadores de la empresa de seguridad, la principal preocupación es que un día tenga lugar algún incidente en la obra, ya que la responsabilidad legalmente será siempre suya. «Dejan entrar a gente que no deben. Hacen hogueras, amenazan a las personas que pasan por delante de las obras. Ellos no tienen formación para hacer el trabajo, pero no les puedes decir nada. El día que haya una desgracia, lo pagaremos nosotros», explicó uno de los trabajadores.
Según los vigilantes, la empresa les aseguró que cuando empezarán a desarrollar sus trabajos de vigilancia las otras personas cederían y abandonarían la obra. Pero no ha sido así.
La constructora lo desmiente
Por su parte, el jefe de administración de la obra, Manolo Aguado, aseguró que no existe ningún tipo de extorsión por parte de estas personas y que, en realidad, se trata de dos empresas que realizan trabajos diferentes y que no tienen porque molestarse.
Una de ellas se dedica a la vigilancia de la obra y la otra, con su correspondiente contrato, hace funciones de mantenimiento de las balizas de las grúas que hay en la obra para evitar cualquier accidente aéreo, debido a la proximidad de este espacio con el aeropuerto de Reus.
Aguado aseguró que se trata de un malentendido, que todo está en regla, y que no hay ninguna razón para hacer acusaciones a los demás trabajadores, ya que unos no tienen que interferir en las tareas de los otros.
La extorsión, por parte de familias y grupos de personas a las constructoras es una práctica habitual en las obras. Este hecho ya ha sucedido en otras construcciones de localidades de la provincia, en concreto en obras del barrio de Campo Claro. «Era el dibujo de una noria, nos lo pegaban en la valla obra y así ya no venían a robar durante la noche. Si no les pagaban, lo arrasaban todo», explicó al Diari R. De Vera, un ingeniero de obras públicas que trabajó, durante algún tiempo, en algunas obras en la provincia.
Este tipo de extorsiones no sólo se dan en las obras. En algunas ciudades de España, hay personas se dedican a indicarte donde puedes aparcar el coche. Un trabajo por el que después te piden algo de dinero. Actúan como si fueran vigilantes del aparcamiento público de la ciudad. En caso de no reconocer económicamente su trabajo, puede ser que el propietario del vehículo se lo encuentre con las ruedas pinchadas, desvalijado o con otros daños diversos.
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