* Los vigilantes de seguridad y las fuerzas de seguridad del Estado, grupos de riesgo
* El mimetismo y el estrés laboral explican los 23 casos de suicidio en France Telecom
* Así como existen familias 'suicidógenas', habrá que considerar a empresas 'suicidógenas'
Los 23 suicidios que se han producido en France Telecom el último año no sólo han alarmado a Sarkozy sino a multitud de empresas, preocupadas porque el mimetismo y la difusión en los medios pueda provocar respuestas similares entre sus trabajadores. El aumento de la presión y el desánimo asociado con la crisis, se encuentran entre los factores ambientales que pueden desencadenar reacciones tan drásticas y límites como acabar con la propia vida.
"El caso de France Telecom no se puede considerar dentro de lo normal. Habría que estudiar todos los datos sobre los suicidas para analizar por qué se ha producido. Desde luego la persona tiene que ser muy vulnerable para que ante una situación de tensión opte por resolverla acabando con su vida". Alejandro Rocamora, psiquiatra y especialista en psicopatología de la Universidad de Comillas, que el pasado día 10 de septiembre participó en las jornadas que se organizaron con motivo del Día de Prevención del Suicidio, considera también que el "mimetismo y una situación de estrés" son desencadenantes evidentes. Al presidente de France Telecom, Didier Lombard, "poner fin a la espiral infernal de suicidios" —tal y como él mismo ha reconocido— entre sus 100.000 asalariados le urge. Los titulares con las muertes más recientes han dado la vuelta al mundo. Su capacidad organizativa y para liderar equipos está seriamente dañada. Ahora que la inteligencia emocional aplicada a la empresa es concepto asumido en los departamentos de Recursos Humanos, un hito tan macabro viene a cuestionar la fragilidad de una tendencia basada en potenciar la participación e incentivar la química laboral.
"La situación económica está aumentado la presión habitual en los trabajadores. El estrés, la depresión o el insomnio se desencadenan ahora más fácilmente. El suicidio no es lo habitual. En España se dan casos, por supuesto. Y hay profesiones más proclives como los vigilantes de seguridad, que pasan muchas horas en soledad, sufren constantes cambios de horario y están aislados. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado también son grupo de riesgo. En ambos casos, además, están armados", explica Pedro José Linares, responsable de Salud Laboral de CCOO .
3.000 personas se suicidan cada día en el mundo. Por cada suicida que logra su objetivo, hay 20 que lo intentan, según datos de la OMS. La prevención es esencial. La Asociación Internacional para la Prevención del Suicido trata de fomentar políticas para reducir las muertes "controlando el acceso a los métodos de suicidio, aumentando el tratamiento y seguimiento de personas con depresión o intentos previos de autoeliminación y con programas para identificar a la población de riesgo". "Está estudiado que el 90% de los suicidas tiene un diagnóstico psiquiátrico pero que el 10% lo lleve a cabo sin padecer una patología y sin factores de riesgo es un porcentaje muy alto entre gente sana". El psicopatólogo Rocamora señala entre los factores de riesgo no tener un vínculo social adecuado, haber sufrido en la infancia, la depresión, el alcoholismo, la esquizofrenia y "hasta estar soltero, porque entre los casados se producen menos casos". También ser hombre podría considerarse factor de riesgo, pues "al utilizar métodos más violentos que las mujeres, logran su objetivo en un porcentaje más alto", apunta Pedro José Linares.
La idea de que en los países nórdicos se suicidan más no es cierta, simplemente son más rigurosos a la hora de especificar la forma de la muerte
Y eso que los datos no suelen ser muy fiables, tal y como señalan fuentes del Instituto Anatómico Forense y los expertos en el tema consultados, pues "existen defunciones por suicidio que no se registran como tal. También hay accidentes de tráfico que obedecen a suicidio y tampoco contabilizan. No hay que olvidar que el suicidio está estigmatizado. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud demostró que el número de suicidios era diez veces mayor al que se comunica. La idea de que en los países nórdicos se suicidan más no es del todo cierta, simplemente son más rigurosos a la hora de especificar la forma de la muerte", explica un forense de los juzgados de plaza de Castilla en Madrid. La información sobre el suicidio está rodeado de silencio. Los expertos enseguida aprovechan para recordar la responsabilidad que los medios tienen en la propagación de los intentos de suicidio. "Además de los factores culturales —Japón y Rusia a la cabeza de suicidios, según OMS— el mimetismo, la imitación, funciona. Cuando Marilyn Monroe se suicidó, se dispararon los casos. En los colegios, si un alumno se suicida, se extrema la vigilancia porque es habitual que cunda el ejemplo. También existen las denominadas familias 'suicidógenas', en las que los miembros aprenden desde pequeños que los problemas se resuelven así", concluye Rocamora.
"Hay que tener en cuenta que el suicidio no es responsabilidad exclusiva de la empresa, aunque está en sus manos modificar la organización del trabajo y la presión, así como crear un mejor ambiente de trabajo en el que el principio de participación cobre mayor relevancia". Ésta es la fórmula que el responsable de Salud Laboral de CCOO propone para que las empresas no se acaben viendo en la misma situación que France Telecom.
http://www.soitu.es/soitu/2009/09/17/actualidad/1253184102_902072.html?id=38765940fe49903a12289ed4124af768&tm=1253225948