El Ayuntamiento blinda su seguridad.
«Señora, perdone, tengo que tomarle los datos. ¿A dónde va usted?» El vigilante de seguridad se aburrió ayer de repetir las mismas palabras a buena parte de las más de trescientas personas cuya entrada registró solo en el turno de mañana. A diferencia de muchos otros ayuntamientos, entrar en el de Ferrol era tarea fácil. Y no solo eso. También se podía pasear uno por las instalaciones como Pedro por su casa sin que nadie le preguntase absolutamente nada.
Romper ese hábito no es cosa fácil. Y ayer quedó completamente demostrado. Ni la cinta de balizar de la Policía Local colocada estratégicamente a la entrada para generar un embudo y hacer que los visitantes pasaran junto al puesto de control, ni las reiteradas peticiones del vigilante fueron suficientes para evitar las críticas.
«Espérese ahí un momento, por favor», repetía una y otra vez el guardia a medida que algún apresurado vecino se saltaba, despistado, el control para realizar sus trámites. «Es que iba al Registro», decía un joven al verse sorprendido por el vigilante a la mitad del pasillo.
Este iba anotando nombre, número de DNI y destino a mano en una hoja ante una cola de caras impacientes. «Jesús, qué lío; antes no había que hacer todo esto para entrar», señalaba una.
«Lo mejor -decía el guardia- fue una señora que me dijo para qué quería estos datos, si eran para hacer estadísticas». Al final del día, bromeaba: «No escribía tanto desde el colegio».
http://www.lavozdegalicia.es/ferrol/2009/09/19/0003_7981031.htm