Francia puede y España no? ¿Los afganos para los que trabajan las tropas españolas tienen más derechos que nosotros los marineros y contribuyentes españoles? ¿Cuánto tiempo van a esperar los gobiernos de todo el mundo afectados por la piratería somalí para dar una respuesta a un grave problema que nos afecta a todos? Estas no son nada más que una ínfima parte del torrente de interrogantes, sin respuestas, que se hacen tripulaciones como la del atunero Draco, que tenía previsto partir hoy a las ocho de esta mañana del puerto de Vigo en dirección al canal de Suez, "para meternos en la boca del lobo de la piratería somalí".

Los doce tripulantes gallegos del atunero, que ha permanecido un año sin actividad, no tienen rubor en confesar que vuelven al Índico con el miedo en el cuerpo. "Ya sabemos lo que nos queda en los cuatro meses que dura la marea que empezamos: no dormir, no vivir, porque hay que estar permanentemente de guardia", explica José Manuel Carneiro Carneiro, que desarrolla la función de panguero, al afirmar que en la coyuntura económica actual no queda más remedio que enrolarse en un pesquero "porque en tierra no hay trabajo".

Con más de 20 años de experiencia en el mar asegura que la tripulación del Alakrana no pudo escapar de los piratas porque recoger todas las redes es un proceso que dura más de dos horas y no se puede hacer en minutos, "porque se provocaría la muerte de 3 o 4 marineros".

Para José Antonio Barragán, capitán del Draco la partida está marcada por el signo de la preocupación por la situación. Sin valorar la conveniencia de incorporar a los buques la presencia de marines españoles sólo indica que "de todos los barcos que operan en el Índico los únicos que lo hacen sin problemas, con total normalidad, son los franceses". Está totalmente convencido de que la solución debe ser "a gran escala" porque "a fuerza de cobrar tantas recompensas los piratas cada vez están mejor armados y tienen más medios".

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