La continua evolución sociológica hace imprescindible que la actuación ante situaciones de emergencia o catástrofe sea del todo eficaz para paliar o controlar la situación antes de que esta alcance grandes magnitudes.
Para conseguir esto, es necesario que existan personas entrenadas y capacitadas para que, de una manera organizada, acudan en pronto auxilio de las víctimas o de sus bienes sabiendo cada uno de los miembros o entidades intervinientes cual es su cometido para no interferir o duplicar medios y esfuerzos.
Así, en el campo de la asistencia sanitaria, cuando algo va mal, no basta con improvisar o leer precipitadamente el manual de "primeros auxilios" que suele acompañar a los botiquines. Toda la población debería tener unas nociones mínimas para prestar los primeros cuidados a las víctimas de cualquier accidente o enfermedad repentina hasta la llegada de los equipos asistenciales basándose siempre en la premisa P.A.S., es decir: PROTEGER, ALERTAR, SOCORRER:
PROTEGER y asegurar el lugar de los hechos, con el fin de evitar que se produzcan nuevos accidentes o se agraven los ya ocurridos. Para ello se asegurará o señalará convenientemente la zona y se controlará o evitará el riesgo de incendio, electrocución, caída, desprendimiento, etc., que pudiera afectar a las víctimas e, incluso, a los auxiliadores.
ALERTAR a los equipos de socorro, autoridades, etc., por el medio más rápido posible, indicando:
Lugar o localización del accidente. Tipo de accidente o suceso. Número aproximado de heridos. Estado o lesiones de los heridos, si se conocen. Circunstancias o peligros que puedan agravar la situación. Si la petición de socorro se realiza desde algún teléfono, procurar facilitar el número desde el que se llama con el fin de poder establecer un contacto posterior para informar o recabar más datos. Las llamadas anónimas o desde teléfonos sin identificar no inspiran confianza.
SOCORRER al accidentado o enfermo repentino "in situ", prestándole unos primeros cuidados hasta la llegada de personal especializado que complete la asistencia, procurando así no agravar su estado.
Pero, aún siendo importante saber lo que hay que hacer, es muy importante saber lo que no debemos hacer y, por tanto, sólo se hará aquello de lo que se esté seguro. De estos primeros cuidados depende la posterior evolución de los afectados