Los piratas llegan casi a La India
Los vigilantes fueron formados en Cartagena antes de ir al Índico Dos meses después de la liberación del «Alakrana», los atuneros siguen trabajando en el Índico más tranquilos porque llevan protección a bordo, pero sin bajar nunca la guardia
Hace justo dos meses, el Alakrana recobraba la libertad. Los dos últimos de los más de 60 piratas que participaron en el secuestro del atunero vasco abandonaban el pesquero, que ponía proa a las islas Seychelles tras pasar 47 días retenido en poder de los delincuentes. El jueves pasado la embarcación trabajaba en ese mismo océano que durante dos meses se convirtió en su cárcel. Faena en aguas próximas a las islas Chagos, casi más cerca de La India que de Somalia, pero allí la pesca no se les está dando bien. «Empezamos mal y luego es muy difícil remontar», comentó el baionés Agustín Freire, capitán del Alakrana . Y, además, ni siquiera en ese rincón del Índico están a salvo. Ha habido avistamientos de esquifes y buques nodrizas incluso allí, más al este del paralelo 70, en mitad de la nada acuática.
La tropa que capitanea ahora Freire navega un poco más tranquila ahora que lleva a bordo agentes de seguridad privada para ocuparse de su protección, pero ni así las tienen todas consigo. Aunque ha disminuido la tensión y ya hace semanas que no se oye de un intento de asalto a un pesquero, lo cierto es que «ahora mismo el Índico es más peligroso que en otras épocas del año». Lo dice Marcos Nine, boirense de Comoxo que capitanea el Campolibre Alai , de la misma empresa armadora que el Alakrana , Echevastar Fleet. Nine no estaba a bordo el 7 de septiembre pasado, cuando el atunero fue perseguido por un esquife de piratas, pero sabe que no está libre y que cualquier día podría tocarle a él. No en vano «casi cada día llegan avisos de avistamientos» y, además, «el clima ahora facilita las cosas» a los piratas.
Ahora bien, el capitán del Campolibre Alai no oculta que navegan más tranquilos «porque hay a bordo tres agentes de seguridad y hacemos guardias de 24 horas», pero sin rebajar nunca la atención. Sobre todo porque el atunero «corre muy poco». Es gracias a que hay vigilantes privados que se atreven a ir a buscar los objetos cerca de Somalia. «Si no hubiera personal armado a bordo, ni se nos ocurriría acercarnos a por ellos», dice Nine.
«No hay lugar seguro»
En el puente del Albacora Cuatro , el único atunero con base en Galicia estaba el viernes el bermeano Jesús Antonio Apraiz, su patrón de pesca. Apraiz cree que, en comparación con unos meses atrás, la situación está «un poco más calmada», pero «nunca se sabe donde está la sorpresa» y por eso «todos los días mantienen la misma precaución y trabajan sin bajar la guardia». Hasta ahora, no han tenido que activar el protocolo de emergencia, pero sí han llevado «algún susto» que, finalmente, resultaron ser «falsas alarmas».
También en el Albacora Cuatro están en alerta las 24 horas del día: «La cuestión es que no te pillen desprevenido». Porque, eso sí, en el Índico ya no hay lugar seguro. «Lo llevamos diciendo mucho tiempo, da igual que estemos cerca o lejos de Somalia; el pirata no tiene límites, no entiende de aguas jurisdiccionales o internacionales, más que no entender, es que le da igual». De hecho, recuerda que los últimos avistamientos han sido en los alrededores de Chagos.
A bordo del Intertuna Dos , su capitán explica secamente que sí se han reducido los ataques, pero rechaza hacer más comentarios al respecto y aún menos decir dónde están faenando o si les va bien la marea o no. Esa es una constante en casi todos los atuneros. «Es que si decimos que nos está yendo bien, esta zona se va a llenar de barcos y entonces ya no se nos va a dar tan bien la cosa», argumenta uno de los patrones del Índico.
http://www.lavozdegalicia.es/mundo/2010/01/17/0003_8233149.htm