Renfe ha reforzado la vigilancia con seis agentes los domingos y cuatro los sábados
Los gamberros la tienen tomada con la nueva estación de Cercanías de El Prat. Desde hace unas semanas las instalaciones ferroviarias están siendo víctimas de actos vandálicos y de peleas especialmente los fines de semana que tienen atemorizados a los viajeros. La situación es tal que la compañía Renfe se ha visto obligada a reforzar la vigilancia en el interior de la parada los fines de semana para evitar nuevos incidentes. Al parecer, los alborotos guardan relación con los asiduos de una discoteca de las proximidades.
Hace dos semanas los Mossos d'Esquadra y la Policía Local de El Prat tuvieron que intervenir de madrugada para atajar una pelea multitudinaria en la puerta de la estación entre varios grupos de jóvenes. La semana pasada, tres o cuatro chicos golpearon a un vigilante de seguridad, asaltaron la taquilla y se dedicaron a destrozar el vestíbulo sin mostrar ningún respeto por los pasajeros allí congregados . Además, lanzaron piedras contra los cristales de la estación. "Daba miedo", ha explicado una testigo. Algunas de las puertas acristaladas de acceso al recinto todavía estaban ayer agrietadas.
DE MADRUGADA Los problemas se multiplican los fines de semana, entre las cinco y las seis de la mañana, justo cuando cierra la discoteca La Cantera, muy frecuentada por latinoamericanos. "Llegan avalanchas de hasta 50 personas destrozándolo todo. Los pasajeros no pueden subirse al primer tren y esperan al siguiente", describe una afectada.
La compañía Renfe reconoce los actos vandálicos en el apeadero de El Prat pero los califica como"incidencias leves". No obstante, y como medida disuasoria, se ha reforzado la presencia de agentes de seguridad en la estación. Los viernes por la noche y los sábados patrullan por el interior del espacio cuatro vigilantes más, y la madrugada del domingo hay seis agentes adicionales.
También la policía local y los Mossos mantienen operativos especiales de control de los alrededores y están en todo momento "a la expectativa y vigilantes", según fuentes municipales, para evitar altercados. Las mismas fuentes precisaron que las personas que protagonizan los incidentes no son del municipio sino de las ciudades vecinas.
El hecho de que la clientela de la discoteca use mayoritariamente el tren para regresar a sus casas favorecería la concentración de grupos de jóvenes en los andenes y el vestíbulo, y que algunos aprovecharan la multitud para acometer los actos vandálicos con mayor impunidad.
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