Más ametralladoras pero el mismo calibreDefensa autoriza a los atuneros españoles a cubrirse con más medios de la piratería en el océano Índico.
ANTONIO RODRÍGUEZ arodriguez.tiempo@grupozeta.es
26/02/10
Cuatro meses después del envío de agentes de seguridad privada a los atuneros españoles que faenan en el océano Índico, la ausencia de secuestros o ataques contra embarcaciones de nuestro país es la mejor noticia posible. “Los piratas se han quedado noqueados. Como saben que vamos armados, se han ido al canal de Suez, en el mar Rojo, en busca de otras presas”, afirma a esta revista uno de los agentes que ha estado un par de meses en las aguas de Somalia.
Los vigilantes de seguridad se fueron a Somalia en noviembre con una ametralladora media de 7,62 mm por barco y fusiles de asalto de 5,56 mm para cada miembro del equipo, pero los planes iniciales de incorporar también una ametralladora pesada tipo Browning, de 12,7 mm, chocaron con la negativa de las autoridades políticas de Seychelles, que consideraron excesivo su uso.
Los armadores volvieron en enero a reunirse con responsables del Ministerio de Defensa en Madrid para analizar los primeros meses de protección en el Índico y ambas partes acordaron ampliar la disuasión contra la piratería. En concreto, el departamento de Carme Chacón les autorizó a incorporar una segunda ametralladora de 7,62 mm para cubrir desde proa o popa los flancos más débiles de cada embarcación. Eso significa doblar el número de ametralladoras, aunque no todos los barcos las necesitarán ya que algunos de ellos son auxiliares de menor tamaño. “La amenaza está atendida con este refuerzo”, subrayan fuentes de Defensa a Tiempo.
Más problemáticos están siendo los relevos que lleva a cabo la empresa de seguridad elegida por los armadores, Segur Ibérica. Cada embarcación tiene un equipo de seis vigilantes que van rotando: cuatro de ellos deben estar a bordo un mínimo de dos meses mientras los otros dos descansan en tierra. Al menos seis vigilantes fueron despedidos a finales de diciembre por no superar el período de prueba establecido en sus contratos y no pudieron reembarcar.
Mejor sin protestas
“Conforme íbamos viniendo, nos iban diciendo que no embarcaríamos más. Creen que es mejor la gente que no protesta”, critica Ismael, uno de los afectados que ha demandado a Segur Ibérica. “Hemos indagado -prosigue- y la empresa no nos dio de alta el mismo día que empezamos a trabajar, se niega a darnos los contratos, los anexos y las nóminas, de las que nos han quitado cantidades sin decirnos en qué concepto”.
Cada uno de ellos ha cobrado 5.000 euros brutos al mes, a razón de 6,45 euros la hora ya que, según Ismael, se trata de un trabajo de 24 horas de servicio. “¿Dormir? Dos horas un día, tres otro. Menos que los pescadores, que se levantan a las cinco de la mañana y están trabajando hasta las seis y media de la tarde, excepto en turnos de guardia”. La empresa, por su parte, niega cualquier clase de malestar y subraya que sus clientes están “muy satisfechos” con la calidad y efectividad del servicio.
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