"Los condenados del GRAPO estarán en 10 o 15 años en la calle; eso no es justicia""Ya se sabe que nunca se cumplen las penas íntegras", afirma el vigilante que sobrevivió al asalto por el que han sido castigados Silva Sande y otros cuatro miembros de la banda
Manuel Espada, cuando fue condecorado por el Ministerio del Interior tras el atentado. Magar
MARTA FONTÁN - VIGO “Cualquier pena me iba a parecer escasa, porque mataron a mis dos compañeros; pero por muchos años a los que los hayan condenado, por desgracia en diez o quince años ya estarán en la calle”. Manuel Espada fue el único vigilante jurado que sobrevivió al atentado terrorista del GRAPO contra un furgón blindado de Prosegur ocurrido hace casi diez años en Vigo. En aquel brutal asalto vio morir a los dos guardias que viajaban con él en el vehículo, unos profesionales para los que sólo tiene buenas palabras y por los que ansiaba que se hiciese justicia. Pero la sentencia dictada contra los miembros de la banda terrorista que perpetraron el ataque, en la que cinco de ellos han sido condenados a entre 135 y 144 años de prisión, no ha colmado sus expectativas. “Ya se sabe que no van a estar ni la mitad de ese tiempo en la cárcel”, lamenta este vigués, que, además, confiesa “no entender” porque la Audiencia Nacional absolvió a Manuel Pérez, “camarada Arenas”, al que la Fiscalía consideraba “cerebro” del asalto.
Por ley, ni Fernando Silva Sande ni los otros cuatro grapos condenados pasarán más de 30 años en la cárcel. El superviviente de aquel atentando teme que el período sea aún más corto. “Las condenas impuestas estarían bien si supieses que las iban a cumplir íntegramente; pero no va a ser así y eso me decepciona”, reflexiona Espada, que no sólo sobrevivió al asalto del GRAPO, sino también a un atraco ocurrido en 1994 en una sucursal bancaria y en el que recibió nueve puñaladas.
Heridas
Nunca podrá olvidar lo ocurrido, pero espera que, tras esta sentencia, pueda cerrar heridas. El hecho de que el juicio se celebrase casi una década después le hizo rememorar el atentado otra vez. Él fue uno de los testigos principales que declaró en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional hace apenas un mes. Pidió ser interrogado como testigo protegido –con una mampara–, pero el tribunal no lo autorizó.
“Cuando declaré no los tenía frente a frente; pero hubo un momento en que los vi y ellos también a mi; me vieron y empezaron a reírse y eso es muy doloroso, sobre todo cuando piensas en que se están cachondeando de un atentado en el que murieron dos personas”, afirma este hombre, al que la Audiencia le asignó una indemnización de 10.000 euros por las lesiones y secuelas sufridas: “¿Si ese dinero es suficiente? No lo sé. Cuando el juez me preguntó en el juicio en Madrid si reclamaba algo, sólo pedí lo que me correspondía”.
Aunque pasó mucho tiempo, recuerda con nitidez algunos de los momentos vividos aquel trágico 8 de mayo de 2000. Él fue el único de los tres vigilantes que no salió del furgón. Y eso le salvó. “Sobreviví porque me metí en la parte de atrás del vehículo; mi asiento quedó destrozado por los disparos”, cuenta. Relata como varias personas disparaban hacia donde estaba y como él, en un espacio reducido y lleno de humo, logró herir al grapo Martín Ponce. También se acuerda del calor que desprendía el furgón tras la explosión y del momento en que decidió salir de allí. “Me ahogaba por el humo y no tenía ni idea de lo que pasaba fuera, de si estarían allí para dispararme...”, señala. Pudo salvar su vida, pero hoy, diez años después, todavía siento el dolor de la muerte de sus compañeros: “Ya no están aquí”.
http://www.farodevigo.es/sucesos/2010/02/26/condenados-grapo-estaran-10-o-15-anos-calle-justicia/415215.html