Un año de cárcel por parar el Metro de Barcelona y pintar un vagón con 'graffitis'
* TMB destina un presupuesto anual de 443.000 euros para eliminar las pintadas
Pintar un vagón del Metro de Barcelona tras accionar la palanca de parada de emergencia para detenerlo le ha salido caro a un joven estadounidense, que ha sido condenado a un año de cárcel e a indemnizar con 1.331 euros más intereses a Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) para limpiar el convoy de 'grafitis'.
Según la sentencia, Joshua S. viajaba en el convoy cuando, a las 0.40 horas de la madrugada del domingo 18 de diciembre de 2005, lo detuvo en la estación de Urgell tras tirar de la palanca de emergencia, pintó con 'spray' la parte exterior del último vagón y se dio a la fuga con sus amigos.
Sin embargo, un vigilante de seguridad lo retuvo hasta que se personaron dos agentes de los Mossos d'Esquadra, quienes intervinieron cuatro botes de pintura en 'spray', una cámara fotográfica para captar la imagen del acto y exhibirla, un cúter y un encendedor, y lo detuvieron.
Según la titular del Juzgado de lo Penal número 17 de Barcelona, Joshua S., estadounidense que cuando pintó el tren tenía 24 años, es responsable de un delito de daños, y también le obliga a abonar una multa de seis euros diarios durante un año. La sentencia no se puede recurrir porque es firme con conformidad de las partes.
TMB -que concurrió como acusación particular- celebró que la jueza aplicara la ley con "severidad", y que no tenga en cuenta ningún atenuante. También subrayó que se perjudicó a los usuarios porque el joven, que tiene un antecedente de hurto, paró el tren.
El Código Penal insta a aplicar penas de prisión en su mitad superior en caso de ejecutar un plan preconcebido que ofenda a alguien, y prevé entre uno y tres años de cárcel, y multas de doce a veinticuatro meses, para quienes causen daños que afecten a bienes de dominio y uso público.
Spray, punzones y ácido
TMB destina un presupuesto anual de 443.000 euros para eliminar los 'grafitis' de los vagones hechos con 'spray' con productos especiales, y reponer los cristales y piezas de chapa rayados con punzones e incluso ácido. También abre litigios con los responsables, aunque no es fácil pillarlos.
La compañía tiene por norma que un vagón con grafitis se retira de la circulación hasta que se limpia. Pese a que en 2009 registró un descenso de estas prácticas del 20%, TMB consideró que siguen siendo una "lacra" común en las áreas metropolitanas.
Estas acciones descienden por la instalación de sistemas de detección de intrusos en talleres y cocheras, las cámaras de videovigilancia --la red de Metro tiene 3.306-- y a la rápida intervención de los agentes de seguridad. La policía también está sensibilizada para detener a los autores, añadió TMB.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/04/05/barcelona/1270464581.html