Soluciones a la problemática de la pesca
Una vez realizado un análisis de los principales problemas que afectan a la pesca continental, es necesario que se repase cuáles serían algunas de las soluciones que pueden llevar a mejorar el ejercicio de la pesca y la conservación de los ecosistemas acuáticos.
Estudios individualizados y planes de gestión.
El primer paso de cara a la adecuada gestión de los cursos de agua desde el punto de vista de la pesca continental, es saber en qué estado se encuentran los distintos tramos fluviales.
Para ello es necesario que los estudios se lleven a cabo de forma individualizada, para cada río o embalse, o al menos en aquellos que presentan peores condiciones o los que se encuentran en buen estado de conservación.
Para aquellas especies que han sido objeto de sobreexplotación y se encuentran catalogadas en situación de peligro de extinción o vulnerables a la alteración de su hábitat, la Ley determina la elaboración de Planes de Recuperación o de Conservación de su hábitat.
Cotos Intensivos.
Hasta la actualidad, en Andalucía la figura de los Cotos Intensivos no está muy implantada, en parte por el desconocimiento de este tipo de cotos y en parte por la reticencia de la Administración a poner en manos privadas o de Corporaciones Locales la gestión de recursos naturales que son de carácter público. Sin embargo, podría ser una herramienta muy válida para disminuir la presión pesquera a que son sometidos los demás tipos de cotos, ya que podrían absorber una parte importante de los pescadores. Como se trata de zonas con poblaciones deficientes y que habitualmente están en las cercanías de núcleos de población, podrían convertirse en formas de desarrollo local, con áreas recreativas en contacto con la naturaleza donde poder enfocar las jornadas de pesca con un ambiente familiar.
Resulta obvio que no se trata de la solución para el problema de la pesca, puesto que el perfil de los pescadores que visitan este tipo de cotos no es el perfil general de todo pescador, pero supondría un alivio al tiempo que una forma de desarrollo sostenible del entorno. Además, por poco que suponga, se está disminuyendo el número de pescadores que visitan cotos más castigados.
Centros de recuperación de especies autóctonas.
Una de las medidas a adoptar frente a la desaparición de especies autóctonas bien por exceso de pesca, como es el caso del salmón en la cornisa cantábrica o de la trucha común en toda España, por hibridación con razas alóctonas, es la creación de centros o piscifactorías de investigación en las que a partir de ejemplares salvajes, se consigan reproducir en cautividad con el fin de repoblar aquellos cursos de agua especialmente castigados.
Existe una gran controversia acerca de la conveniencia o no de realizar repoblaciones frente a la posibilidad de vedar los cursos de agua para que se produzca una regeneración natural de las poblaciones.
Por otro lado, el proteger una especie determinada sin proteger o conservar adecuadamente el hábitat en que se desarrolla no servirá de nada, puesto que tan importante o más es un aspecto como el otro
Incremento de personal y material de gestión.
Tal y como se desprende de la lectura de estas líneas, la solución no está en manos de un sólo sector, sino que es necesario que pescadores, Administración, científicos,... pongan de su parte para conseguir un objetivo común, la conservación y el disfrute de los ríos y embalses de España.
Pero realmente, casi ninguna medida tendrá efecto si por parte de la Administración no se aumentan los efectivos materiales y humanos empleados en la gestión de la pesca, no sólo de guardería.
Control de la introducción de especies alóctonas.
Sería necesario que se aplicase la legislación vigente en materia de introducción de especies y razas alóctonas y que como criterio inicial se denegase cualquier introducción en tanto en cuanto no se realizase un estudio pormenorizado de los efectos de dicha introducción y se justifique adecuadamente los motivos de dicha introducción.
Hasta la fecha, salvo las introducciones en embalses y en los casos en los que las especies introducidas no se han extendido por los ríos adyacentes, no puede decirse que hayan sido afortunadas y sus efectos han sido bastante más negativos que positivos.
Periodos de veda extraordinarios.
Para recuperar aquellos tramos cuyas poblaciones hayan sido mermadas o cuando los caudales bajan demasiado escasos por la sequía se suele recurrir a periodos de veda extraordinarios con el fin de permitir la recuperación natural de las mismas. Se trata de una medida impopular entre el colectivo de los pescadores pero necesaria. Es el caso de los ríos de Sierra Nevada, que durante la sequía de 1992-95 se vedaron para el ejercicio de la pesca durante un par de temporadas, ya que los caudales eran mínimos.
Establecimiento de caudales ecológicos en ríos regulados.
En la actualidad, el término caudal ecológico no se contempla en ninguna Normativa de régimen nacional por lo que no existe un criterio establecido a la hora de determinar el caudal ecológico de un río, lo cual con frecuencia ocasiona agravios comparativos. A nivel autonómico, tan sólo en Normativa de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias viene recogido como tal y establece unas fórmulas en función del caudal, la fauna piscícola y que sea tramo alto o bajo del río, basándose en la Normativa suiza y francesa al efecto.
Disminución de los niveles de contaminación acuática.
Sin duda, una de las soluciones más importantes y que más urge poner en marcha es la reducción de los niveles de contaminación de los cursos de agua. Los planes correctores de los polos químicos, junto con la obligatoriedad de instalar plantas depuradoras de aguas en aquellas empresas que produzcan vertidos contaminantes y el actual plan de depuración de aguas residuales de núcleos urbanos, son pasos importantes pero no definitivos.
Educación ambiental.
Es cierto que la conservación de especies piscícolas requiere de medidas llevadas a cabo por la Administración y los titulares de los aprovechamientos, pero no es menos cierto que, en último extremo, son el colectivo de pescadores quienes van a llevar a cabo el uso del recurso y que las acciones encaminadas a conservar y a mejorar, no sirven de nada si éstos no realizan un uso racional. Es muy importante inculcar la necesidad de llevar a cabo un desarrollo sostenible de los recursos acuícolas con el fin de mantener el equilibrio en los ecosistemas, favoreciendo su homeostasis natural (regulación y recuperación), de forma que se economice en inversiones (sueltas y repoblaciones) y se mejore la calidad de las piezas cobradas, uno de los principales intereses del colectivo pescador.
En la pesca existe una modalidad que resulta muy beneficiosa para las especies pescables y que es la denominada pesca sin muerte, que consiste en devolver a las aguas los ejemplares inmediatamente después de ser capturados. Está comprobado que el 96 % de los ejemplares devueltos al medio, si han sido capturados con cebos artificiales, que suelen capturar a los peces de zonas no vitales sobreviven una vez liberados (Wydosky en García de Jalón Lastra et al., 1993).
Son estas actitudes, la devolución de los peces al agua una vez pescados o el no llevar a casa la totalidad de ellos, las que contribuyen a mejorar las poblaciones y a conservar el ecosistema y son estas actitudes las que hay que transmitir a los pescadores, desde foros como este y por parte de campañas de educación ambiental promovidas desde la Administración o en colaboración con las Sociedades de Pescadores y la Federación de Pesca
A fin de cuentas, los pescadores son uno de los sectores más interesados en que las poblaciones de especies piscícolas se conserven adecuadamente para poder seguir practicar su deporte.