Los hurtos en las gasolineras y los comercios se multiplican con la crisisLos empresarios denuncian que en muchos casos los autores son personas no profesionales y sin problemas económicos
Muchas gasolineras están modificando su funcionamiento para frenar el problema.
Foto: G. Bosch
Los hurtos en comercios y estaciones de servicios están registrando un fuerte repunte de la mano de la crisis económica, según subrayan los empresarios del sector, que en algunos casos se han visto obligados a reforzar las medidas de seguridad para evitar que las pérdidas generadas por esta delincuencia se multipliquen. Y un aspecto que se subraya muy especialmente es que los protagonistas de este tipo de incidentes no son en muchos casos personas profesionales o en situación de extrema necesidad, sino individuos de clases medias-altas que pretenden mantener un elevado nivel de vida sin tener que asumir el coste que ello conlleva. Además, los empresarios ponen de relieve el daño que sus negocios registran en un momento en que el consumo se encuentra enormemente debilitado.
Las gasolineras aparecen entre las más afectadas por este fenómeno. Las estaciones que ofrecen el servicio automático están registrando un aumento muy importante en el número conductores que tras llenar su depósito se marchan sin pagar. El presidente de la asociación que agrupa a estas empresas, Jesús Salas, advierte que cada una de estas instalaciones puede registrar una media de tres incidentes de este tipo cada semana, y señala que en algunas gasolineras las pérdidas derivadas de estas prácticas pueden alcanzar los mil euros anuales.
Este fenómeno ha hecho que algunas empresas hayan optado por modificar su sistema de funcionamiento, aplicando la fórmula del prepago, es decir, el conductor abona primero el precio de la gasolina que quiere cargar en su vehículo y luego acude al surtidor que se le ha asignado.
Porque el hecho de que muchas de estas estaciones cuenten con cámaras de vídeo no parece evitar estas prácticas, pese a que estas filmaciones son utilizadas luego como prueba para respaldar la denuncia. Jesus Salas reconoce que tener que acudir a un juicio por 20 o 30 euros puede parecer desproporcionado, pero señala el derecho de los empresarios a intentar combatir este tipo de delincuencia.
Un aspecto que resulta especialmente llamativo es que estas faltas son cometidas también por personas que circulan al volante de automóviles de gama alta, según se aprecia en esas filmaciones, lo que eleva la indignación de los empresarios afectados.
El vicepresidente de la patronal de comercio Afedeco y propietario de varios establecimientos de moda, Pedro Mesquida, respalda esta última apreciación de Jesús Salas.
Al igual que las gasolineras, afirma que los establecimientos comerciales están registrando un fuerte aumento en los hurtos, y lamenta también que el protagonismo de estas prácticas recaiga en muchos casos en jóvenes de familias acomodadas.
Bolsas forradas de aluminio
"Cuando en un comercio entra el clásico delincuente yonqui, lo calamos inmediatamente y lo ponemos bajo vigilancia –destaca Mesquida–. El problema serio lo tenemos con los jovencitos que incluso entran con bolsas forradas de papel de aluminio para evitar que los sistemas antirrobo detecten que sale con prendas que no ha pagado. En muchos casos son chicos que han visto como el dinero que les dan sus padres se ha visto reducido por la crisis, pero que quieren seguir vistiendo a la última sin pagar".
El vicepresidente de Afedeco señala que los hurtos que se detectan en el momento de cometerse pueden alcanzar un valor de 600 a 700 euros mensuales en una tienda de moda, pero reconoce que el problema radica en que una gran parte de estas sustracciones no se descubre hasta que a cabo de unos días se lleva a cabo el inventario.
Pedro Mesquida reconoce que el problema es que una gran parte de los intentos de hurto que se detectan en los pequeños comercios ya no se denuncian, porque la saturación de los juzgados puede provocar que "por una prenda de 60 euros luego pierdas dos días detrás de este tema". Así, se opta por recuperar el material y dejar marchar a la persona que intentaba llevárselo.
Desde el sector comercial se subraya que esta situación no es exclusiva de las tiendas de moda, y que la padecen también otros locales, como las perfumerías.
Sin embargo, el volumen de los robos alcanza en las medianas y grandes superficies un valor tan elevado que hace que, en algunos establecimientos especialmente afectados, se haya optado por endurecer las medidas de seguridad.
Como ejemplo, desde una de las cadenas de supermercados instalada en la isla se indica que en alguno de sus establecimientos se ha reforzado esa vigilancia con la instalación de cámaras de video y personal de seguridad privada, al haber detectado hurtos vinculados a productos que luego se pueden revender con facilidad, como botellas de bebidas alcohólicas, por citar algunos ejemplos.
Esta decisión se adoptó tras descubrir que algunas bandas organizadas llegaban incluso a robar la basura de las cadenas de supermercados para posteriormente vender aquellos alimentos que se querían destruir por tener próxima la fecha de caducidad.
Un aspecto que se destaca es que este tipo de empresas sí opta por presentar la correspondiente denuncia a petición de las fuerzas de seguridad, ya que de esta forma posteriormente se pueden elevar las posibles sanciones que se aplican sobre los reincidentes.
En cualquier caso, se admite que la presencia de vigilantes privados y cámaras ha conseguido frenar el incremento de los hurtos en este tipo de instalaciones.
http://www.diariodemallorca.es/mallorca/2010/05/07/hurtos-gasolineras-comercios-multiplican-crisis/568127.html