«Houbo un día no que gañei 10.000 euros indo de furtivo»
Confesiones de un ex mariscador ilegal de Aguiño
Cambia la ría, pero no las formas. Tras las acusaciones hechas hace un mes por los vigilantes de Baiona contra el cabildo de ese pósito pontevedrés por propiciar el furtivismo, un ex marinero y furtivo confeso de Aguiño imputa al «90% dos mariscadores» de la localidad coruñesa prácticas ilegales.
Sus cifras hablan por sí solas e incluyen recursos como la navaja, el percebe, la almeja y la centolla. De cada producto, «o material extraído diariamente por cada mariñeiro supera nunha media de 25 kilos o tope permitido», asegura. «Fago isto para salvar o mercado». Porque la actividad ilegal contribuye a hundir unos precios que ya están demasiado bajos. Y recurre a la denuncia pública porque, «no caso de acudir a Xunta, teño comprobado que moitas veces non teñen os efectivos suficientes». Además, «piden nome e apelidos» y eso siempre despierta temor a represalias, confiesa.? Al hablar de beneficios, admite que el furtivismo reporta importantes ganancias: «Houbo un día no que fixen 10.000 euros como furtivo. Unha cifra que repartín entre cinco compañeiros. Ademais, nun bo mes puiden gañar ata 2.404 euros a maiores das legais», añade. Al citar a la Cofradía de Aguiño y sus vigilantes, garantiza que «no seu entorno, incluso familiar, hai o furtivismo, e existen presións para permitilo».? Las tretas para ocultar el producto robado, según este mariscador inactivo, son varias. Atestigua que en embarcaciones de cinco a seis metros y medio pueden existir hasta seis huecos en espacios construidos por los propios marineros para esconder el producto furtivo. Al hablar de los vigilantes y de sus conocimientos sobre los zulos, el furtivo confeso relata: «Se non veñen coa Policía Autonómica non teñen autoridade para rexistrar a fondo a barca».
No el 90%, pero sí el 15%
Desde la Cofradía de Aguiño, su máximo representante, José Manuel Oujo, dice que «estas acusaciones son falsas» y que decir que el 90% de los profesionales practican el furtivismo es una barbaridad. Ahora bien, «lo que no negamos es que un 15% pueda ejercerlo».
Sobre las supuestas presiones a los vigilantes desde el pósito para permitir el furtivismo, Oujo no pone «la mano en el fuego por los guardias y su relación con los marineros».
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