Prisión para un vigilante que pegó cinco tiros a un presunto ladrón en El Ejido

Cogió su arma reglamentaria, una carabina del calibre 22, y comenzó a disparar a Antonio hasta en cinco ocasiones
Francisco J. M. es un hombre de 54 años de edad y natural de Almería dedicado a la labor de vigilancia de seguridad en una cooperativa agrícola ejidense. Hace sólo unos días ha conocido la sentencia dictada por un juzgado de lo Penal de Almería por la que se le condenaba a la pena de dos años de prisión y al pago de una indemnización de 12.000 euros más los intereses generados desde que ocurrieron los hechos.
Fue en la madrugada del día 29 de abril de 2005 cuando Francisco se encontraba realizando una ronda de vigilancia en el aparcamiento de la empresa para la que trabajaba. En un momento determinado se dio de bruces con Antonio M. L. que, aprovechando la llegada de la noche, se había introducido de forma ilícita en aquel lugar para sustraer dinero y otros efectos de la cooperativa. Como consecuencia de ese intento de robo Antonio fue juzgado y condenado en un juzgado de Instrucción de El Ejido. Sin embargo, el mayor problema con el que se encontró aquella noche no fue, precisamente, tener que responder ante la justicia.
Exceso de celo
El gran inconveniente con el que se topó Antonio fue que el vigilante de seguridad era de los que no se andan con miramientos. Y es que, cuando Antonio quiso marcharse del local que pretendía robar, el guarda le dio el alto y le requirió a gritos para que se echase al suelo. Como el presunto ladrón no respondía a las advertencias, Francisco insistió un par de veces más hasta que decidió resolver el problema 'tirando por la calle de en medio'.
Cogió su arma reglamentaria, una carabina del calibre 22, y comenzó a disparar a Antonio hasta en cinco ocasiones. De hecho, acertó los cinco tiros ya que estos alcanzaron su objetivo aunque ninguno de ellos fue fatal. Las cinco heridas se localizaron, como posteriormente y durante el juicio oral pudo comprobarse tras revisar los informes médicos, en el antebrazo derecho, en el muslo izquierdo y tres en la región inguinal derecha.
En el mismo informe sanitario se determinó que para su cura total Antonio necesitó ser intervenido quirúrgicamente para la extracción del proyectil de su codo derecho así como estar un mes de baja. Además sufrió como secuelas varias heridas y la limitación parcial para la extensión del brazo.
Las cicatrices, cinco en total y de un centímetro aproximadamente cada una de ellas, marcaban claramente los cinco disparos recibidos.
Durante el juicio oral el acusado trató de argumentar que se encontraba en el ejercicio de sus funciones mientras que la víctima detalló de forma coherente y sin contradicciones lo sucedido que, además, quedaba perfectamente respaldado por el informe forense.
Francisco se excedió, de forma clara, de lo que la defensa de la propiedad para la que había sido contratado le exigía. La agresión, desproporcionada en todo momento, le convirtió en responsable de un delito de lesiones que, con algo de mala fortuna podría haberse convertido en homicidio.
El juzgador, tras oír a las partes y la calificación realizada por el Ministerio Fiscal condenó a Francisco a dos años de prisión y a indemnizar a Antonio en la cantidad de doce mil euros, más los intereses legales devengados, así como las costas procesales.

Fuente original

Una noticia que da para comentar hasta la saciedad... según mi opinión.
Ya, de bote pronto, me hace recordar el principio de proporcionalidad que impera en nuestro ordenamiento jurídico.
Pero lo que me tiene mosca es...si los cinco tiros que realizó los disparó seguidos.
Aunque las armas tienen para recargar cinco balas, a la hora de cargarlas solamente se pueden cargar tres y volver a cargar de nuevo.
Si no me estoy equivocando en este momento...
Un saludo

El compañero se paso, pero si hubiera sido el el agredido o lo hubieran matado....
¿que pasaria?
Prefiero ser juzgado por 10 hombres a que 4 lleven mi ataud.
Saludos.

Aunque todos sabemos lo imprecisos que en ocasiones son los medios de información, para poder hablar del tema tendré que ceñirme a lo escrito en el artículo.

Puesto que habla de arma reglamentaria y en ningún momento se habla de ninguna pena por posesión ilícita, interpreto que, puesto que se trata de una carabina del .22, estamos hablando de un Guardia Particular de Campo.
Sobre el número de cartuchos depende de la marca de la carabina, pero creo que muchas de ellas disponen de más de cinco cartuchos.

Imagino que el informe forense certifica que la trayectoria de los disparos confirma que se realizaron desde detrás del acusado de robo, y esto coincide con la declaración de este quien confirma que le dieron el alto cuando se disponía a salir del recinto.

El hecho es que el GPC causó unas lesiones, por lo que la única forma de salir indemne es que en el juicio se aprecie una eximente de responsabilidad penal. Que son resumiendo:
- Anomalía o alteración psíquica que impida comprender la ilicitud del hecho.
- Intoxicación plena por consumo de bebidas alcohólicas, drogas, etc...
- Tener una alteración congénita de la conciencia de la realidad.
- Defensa propia (siempre que se repute agresión ilegítima, necesidad racional del medio empleado para impedir a repeler la agresión y falta de provocación por parte del defensor).
- Estado de necesidad.
- Miedo insuperable.
- Cumplimiento del deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, cargo u oficio.

El abogado del Guardia, creo que con buen criterio, se centró en esta última eximente. Lo cual me indica que tras el informe forense, no vio ninguna posibilidad de argumentar legítima defensa.
Pero el resultado nos dice que el Juez no consideró que la función de proteger los terrenos cuya custodia tenía asignada justificase esos cinco tiros a un ladrón que está escapando.

Citación :

Francisco se excedió, de forma clara, de lo que la defensa de la propiedad para la que había sido contratado le exigía. La agresión, desproporcionada en todo momento, le convirtió en responsable de un delito de lesiones que, con algo de mala fortuna podría haberse convertido en homicidio.
El juzgador, tras oír a las partes y la calificación realizada por el Ministerio Fiscal condenó a Francisco a dos años de prisión y a indemnizar a Antonio en la cantidad de doce mil euros, más los intereses legales devengados, así como las costas procesales.

Sea como sea, un hecho lamentable de principio a fin.

dagalove escribió:

El compañero se paso, pero si hubiera sido el el agredido o lo hubieran matado....
¿que pasaria?

Si le hubiesen matado, ya nada de esto le importaría. Pero si hubiese sido él el agredido, posiblemente hubiese podido justificar el uso del arma amparado en la legítima defensa además de en el cumplimiento del deber.

Bueno de lo malo,malo para bien de vigilante si no tiene antecedentes penales no pisara la carcel.pero bueno...

tata mira este video el hombre tira en el minuto 0,11 asta 6 tiros sin cargar la carabina me figuro que seria una igual o parecida yo no entiendo mucho de armas pero e estado mirando unos videos te pongo uno

Aqualung escribió:

Puesto que habla de arma reglamentaria y en ningún momento se habla de ninguna pena por posesión ilícita, interpreto que, puesto que se trata de una carabina del .22, estamos hablando de un Guardia Particular de Campo.

¡Ole! pues ya has resuelto la duda que me corroía desde anoche cuando lei la noticia, lamento reconocer que no sabía que la carabina del 22 fuera reglamentaria en los GPC ¡colleja para mi y gallifante para ti!

No me gusta opinar sobre la actuación de otros compañeros, porque es muy facil hablar desde la barrera y a toro pasado y muy distinto vivir las situaciones en caliente, pero en esta ocasión y a poco que se ajuste el artículo a la realidad tengo que reconocer que no le veo justificación posible a un comportamiento tan irresponsable y poco profesional, mas propio de un western de serie B.

Nuestras armas y medios defensivos, son principalmente "materiales disuasorios", que solo utilizaremos en situaciones determinadas, siempre y cuando su uso sea adecuado y proporcionado al ataque recibido;

Normalmente parece ser, que cuando el personal de seguridad privada comete errores, la prensa se suele acordar que somos "vigilantes de seguridad", ¡¡qué cosas oye!!

https://larondadelvigilante.activoforo.com/noticias-f12/dos-guardias-civiles-y-un-vigilante-de-seguridad-seran-juzgados-por-tres-atracos-a-mano-armada-t6349.htm#25876

Malo que se te escape un tiro si no peligra tu vida, peor que este tiro sea según parece deducirse por la espalda, dado que el ladrón se encontraba en franca retirada, ¡pero cinco! ya no parece tratarse de un tiro fortuito producto del nerviosismo, la cosa pinta como un claro intento de homicidio por parte de una persona violenta incapaz de controlarse, no es deseable ese perfil en un miembro de la seguridad privada, mucho menos armado.
Esta cosas son las que provocaron que perdiésemos el caracter de agente de la autoridad, estas actuaciones nos perjudican a todo el colectivo, son un paso atras en nuestras reivindicaciones, necesitamos recuperar la confianza de la sociedad.
Un saludo

Merry escribió:

Esta cosas son las que provocaron que perdiésemos el caracter de agente de la autoridad, estas actuaciones nos perjudican a todo el colectivo, son un paso atras en nuestras reivindicaciones, necesitamos recuperar la confianza de la sociedad.
Un saludo

Efectivamente, cada error nuestro que se hace público, es un empujoncito mas hacia el hoyo del nulo reconocimiento, y valoración que generalmente se tiene de nuestro colectivo, y muy a nuestro pesar, mientras el acceso a esta profesión sea tan sencillo y sus procesos selectivos tan light, continuaremos tentando a la suerte, y de vez en cuando presenciar o enterarnos de engrilletamientos incoherentes, armas disparadas sin justificación y todas esas situaciones que pueden ocurrir habitualmente, cuando no se tiene claro el procedimiento a seguir, o no estamos preparados física o mentalmente, para el desempeño de las funciones propias como personal de seguridad privada