José Manuel Lizarraga (Irún, 1967), concejal del PP en Hondarribia
(Guipúzcoa), está condenado al ostracismo laboral mientras el terror y
la amenaza de ETA sigan presentes en el País Vasco. "La política aquí
es muy ingrata para muchas personas", afirma. Casado y con dos hijas de
cuatro años y 22 meses, explica que, cuando se ha ofrecido para un
puesto de trabajo, las empresas le cerraban las puertas al verle con
los escoltas. Cansado de esta situación, esta semana decidió insertar
un anuncio en un periódico regional con el siguiente texto: "Concejal
víctima del terrorismo busca trabajo compatible con escolta".
En el último año y medio ha trabajado en una empresa de artes
gráficas, de cara al público en un híper de muebles y como reponedor o
descargando camiones. "No he tenido trabajos estables, pero he ido
tirando. Cuando se enteraban de que era concejal del PP, me iba a la
calle", asegura. Para ocultar su identidad, las últimas veces recibía
las ofertas de empleo a través de una ETT.
Licenciado en Económicas, antes de dar el salto a la política en 1999
trabajó en un almacén de maderas, y antes, como administrativo en
Madrid. Fue cuatro años responsable del área de Seguridad y otros dos
de Deportes en el Ayuntamiento de Irún, donde tenía un sueldo por estar
en el equipo de gobierno. El año pasado salió elegido en Hondarribia y
pasó a la oposición: "Sólo cobramos dietas por asistir a los plenos.
Necesito un trabajo fuera del ayuntamiento, porque en casa sólo aporta
dinero mi mujer".
Es hijo de Rosario Dorda, víctima de un atentado en 2001, y vive con
guardaespaldas desde diciembre de 1999, lo que considera "un
inconveniente casi insalvable para encontrar trabajo" en Euskadi.
"Quiero que esto sirva para llamar la atención sobre la situación de
muchos compañeros", explica. "No espero gran cosa, pero tampoco tenía
otra opción, salvo dejar el ayuntamiento o irme de aquí con la familia".
http://www.elpais.com/articulo/espana/Concejal/busca/trabajo/compatible/escolta/elpepunac/20081102elpepinac_9/Tes