Los años oscuros del Nivaria

Los supuestos malos tratos que sucedieron en el centro de menores con medidas judiciales Nivaria en el año 2004, por los que la acusación provisional del Ministerio Fiscal pide cien años de prisión para dos directivos, chocan con "el silencio" judicial ante las muertes de tres jóvenes ocurridas bajo ese régimen.
GEMA JIMÉNEZ, S/C de Tfe.

Supuestos malos tratos, fugas de internos, reyertas y una muerte sin esclarecer pusieron el punto de mira sobre el centro de menores con medidas judiciales Nivaria en el año 2004, cuando se puso en tela de juicio el trato que recibían los jóvenes por parte de los profesionales del recinto.

Estos sucesos, algunos de los cuales se encuentran en el juzgado a la espera de que se celebren sus respectivos juicios, provocaron la salida de la Asociación Cicerón Siglo XXI en agosto de 2004 y, tras la muerte sin esclarecer de un joven tinerfeño, en noviembre de ese mismo año, cuando el recinto ya estaba gestionado por la Fundación Ideo, se cerró el citado centro, hasta que se reabrió meses más tarde para albergar a menores extranjeros no acompañados.

Los trágicos acontecimientos cobran actualidad de nuevo tras la calificación del Ministerio Fiscal, en su escrito provisional de acusación, que pide para los dos acusados, el subdirector y el jefe de equipo de seguridad del citado centro, un total de cien años de prisión por 16 y 12 presuntos delitos de torturas graves a menores, así como indemnizaciones de 10.000 euros "para cada uno de los menores sometidos a golpes, vejaciones y humillaciones".

Juan Manuel Fernández del Torco, abogado defensor del que era subdirector, manifestó a este periódico que aún no ha recibido el sumario, para que él pueda realizar el escrito de defensa. Además, señaló que las conclusiones de Fiscalía no se especifica ni el día ni el lugar en el que se cometieron los presuntos delitos, ni se alude a las historias clínicas.

Destacó que hay que tener en cuenta que los chicos que denuncian "cumplían medidas judiciales por delitos graves".

Este hecho choca con "el silencio" judicial ante las tres muertes, aún sin esclarecer, de menores que cumplían medidas judiciales, es decir, tutelados por la Dirección General del Menor y la Familia del Gobierno del Canarias. Los tres sucesos están a la espera de calificación y señalamiento.

Muertes sin esclarecer.- A primera hora del 13 de noviembre de 2004, Philipp, un joven del centro Nivaria, que en esa época dirigía la Fundación Ideo, apareció muerto con una bolsa de plástico en la cabeza en su propia cama. La autopsia fijó el óbito entre las cero y las cuatro de la madrugada de ese día. La investigación realizada posteriormente "destapó" las irregularidades que se produjeron en ese centro, tanto en el día de los hechos, como en otros momentos. Cinco años más tarde la Fiscalía aludió en su escrito provisional de acusación a que Philipp sufría un constante acoso por parte de otros menores y también por mayores de edad empleados como vigilantes de seguridad, con la absoluta pasividad de los responsables del centro. Ya han pasado seis años desde que el cuerpo de Philipp fue hallado en circunstancias "muy extrañas", y sus padres continúan aún a la espera de que en un juicio se esclarezcan las causas de su muerte.

Pero este no es el único fallecimiento "oscuro" ocurrido en centros de menores con medidas judiciales de Tenerife. En junio de 2005, la joven Ayatimas falleció en el centro de menores con medidas judiciales de Valle Tabares. Lo curioso es que se encontraba allí a pesar de no contar con ninguna medida judicial, sino por estar a la espera de ser trasladada a un centro de la Península, específico para ser atendida de su trastorno de conducta. Valle Tabares no era su lugar, ni tampoco el de la otra menor, de origen colombiano, que también se encontraba internada allí sin tener ninguna medida judicial impuesta y que fue dada de alta, de forma inmediata, tras el fallecimiento de Ayatimas. La tercera muerte se produjo en el centro de La Montañeta (Las Palmas de Gran Canaria). Allí murió Jordi. Las tres muertes pesan sobre la Fundación Ideo, entidad gestora de todos los centros de medidas judiciales de Canarias.

Requisan material de castigo.- A finales de noviembre de 2004, la Policía requisó decenas de correas de contención psiquiátrica, tanto en Valle Tabares como en Mesa Ponte, que eran presuntamente usadas para reducir y castigar a los internos, pese a que su uso estaba prohibido, incluso, en las cárceles. También se habrían utilizado en Nivaria. Al menos diez madres interpusieron denuncias, al asegurar que sus hijos habían permanecido amarrados a la cama, durante horas, con ese sistema de contención psiquiátrica. Una de las madres mantiene abierta la denuncia en los juzgados de La Laguna y en ella afirma que su hijo también "fue azotado" con esas correas. La misma madre denuncia que el menor estuvo "amarrado" e inmovilizado con esas correas desde las 11:00 horas hasta las 20:15, sin ser atendido por nadie durante ese tiempo, por lo que el chico no pudo contener sus esfínteres.

Carta de protesta de 26.- Una vez cerrado Nivaria, en el año 2004, en Tenerife quedó en funcionamiento Valle Tabares, junto con Mesa Ponte. En octubre de 2009, 26 menores de ese recinto escribieron una carta a la Dirección General de Protección del Menor y la Familia, en la que se quejan por la falta de actividades y del escaso personal que los atiende.

Este periódico se puso en contacto con la Consejería de Bienestar Social del Gobierno canario para conocer su opinión al respecto, pero declinaron realizar manifestación alguna y que los casos "están donde deben, en los Tribunales".