Las obras robadas "tienen un destinatario"
Los ladrones de las 28 obras de Pablo Ruiz Picasso, Eduardo Chillida, Antoni Tapiès y Fernando Botero, entre otros, que fueron sustraídas la semana pasada en Getafe "valen al menos 5 millones de euros" y "tienen un destinatario", ha aclarado Noah Charney, experto mundial en robo de arte.
"Tres hombres encapuchados robaron el camión sin blindar que estaba aparcado en un almacén de una zona industrial de Getafe, a las afueras de Madrid" con 28 obras de arte que iban a ser trasladadas a seis galerías de Madrid y Barcelona tras haber sido cedidas en préstamo para su muestra en Alemania, señaló
El éxito de ese robo, del que se tuvo constancia tras ser hallado el camión vacío por la Policía el pasado 30 de noviembre, "no es sorprendente" y, además, "Picasso podría ser el objetivo de los ladrones", afirmó el fundador de la asociación de robo de arte ARCA. "La mayoría del arte famoso es sustraído incluso para que pague un rescate la víctima o la compañía de seguros, o como moneda de cambio en tratos entre grupos del crimen organizado", argumentó el autor de la novela "El ladrón de arte".
De hecho, la policía ha centrado las investigaciones para esclarecer el robo en los pasos de un vigilante de seguridad de la empresa. Todos los indicios apuntan a que fue este empleado el que facilitó a los tres encapuchados que se hicieron con el vehículo la información y las llaves que se encontraban en la guantera, según explicaron ayer fuentes de la investigación."En los últimos años, el crimen organizado comenzó a robar obras de arte famosas como trueque en tratos con otras bandas que manejan bienes ilegales del mismo valor, tales como drogas y armas", comentó el profesor de Historia del Arte.
Teniendo en cuenta estas variables, ahora sólo queda "esperar y ver si los ladrones intentan que se pague un rescate para que las pinturas vuelvan al museo o a sus compañías de seguros", afirmó el estadounidense. Si la primera motivación de los ladrones no fue el pago del rescate y, además, "no disponen de un plan B y tampoco una red e infraestructura", entonces las obras robadas de Picasso, Chillida, Tapiès y Botero pueden pasar a ser "mercancía para el comercio ilícito", dijo.
Pero si su objetivo es el rescate y los dueños o las aseguradoras de las obras "no lo aceptan, entonces los ladrones no abandonarán (las obras robadas) intentando encontrar un comprador", señaló Charney (New Haven, EEUU, 1979). Pero "si, rápidamente, las obras reaparecen; es probable que se pagara el rescate por ellas", afirmó. "El problema con pagar el rescate" de las 28 obras sustraídas "y la razón por la que es ilegal hacerlo en algunas naciones es porque demuestra a los criminales que el crimen se paga", señaló.
Además, "en algunos casos, las mismas obras han sido sustraídas otra vez por los mismos criminales, con la esperanza de conseguir dinero por el rescate" de esas piezas de arte, comentó.
"Si -añadió- las obras de Madrid no se han recuperado, ni un rescate se ha ofrecido, entonces el destino más frecuente de tales obras famosas es su uso como un objeto de mucho valor, que se puede transportar y comerciar con bandas criminales". Por contra, añadió Charney, "si los criminales tienen un plan de cómo utilizar el arte robado y el rescate no se paga; entonces, desafortunadamente, (esas 28 obras de arte) no saldrán a la luz hasta al menos una generación".
De las 28 obras robadas, el caramelo es Picasso, comentó el experto. La debilidad de los ladrones por las pinturas de Picasso comenzó a principios de 1960 con el gran robo perpetrado por la mafia corsa de 118 Picassos en una sola noche en el Palacio del Papa en Avignon (Francia).
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