Fuerte marejada en aguas del ÍndicoLas amenazas de los piratas tras el asalto surcoreano a un buque secuestrado devuelven a la actualidad este "punto caliente"
"Nunca sabemos cuándo nos pueden atacar", indican los vigilantes de los atuneros
Un grupo de piratas prepara sus armas mientras descansa en una aldea de Somalia.
En actitud desafiante e intimidatoria, semejante a la exhibida durante el secuestro del Alakrana, las bandas de piratas que operan en aguas del océano Índico han vuelto a encararse con la comunidad internacional amenazando a los gobiernos que tienen pabellones secuestrados con matar a sus ciudadanos si emprenden alguna acción de rescate como la efectuada recientemente por el Ejército surcoreano y que se saldó con la muerte de ocho corsarios.
La operación militar para liberar a la tripulación del carguero Samho Jewelry desarrollada hace ahora una semana ha inquietado a los señores de la guerra, que incluso convocaron una asamblea en la ciudad de Gaan (Puntlandia) para analizar lo ocurrido y planificar una estrategia conjunta ante las posibles intentonas que otros comandos especiales pudieran tener pensado iniciar en el futuro.
Fue Jama Adam, jefe de una banda de piratas, quien puso voz a las drásticas decisiones adoptadas en ese motín de corsarios. La primera, específicamente dirigida al Gobierno asiático: "hemos decidido matar a cualquier marino surcoreano capturado y quemar sus barcos"; y la segunda, más genérica, al resto del mundo civilizado: "para evitar nuevas operaciones de rescate, hemos decidido llevar a tierra a varios miembros de la tripulación de cada uno de los barcos que actualmente tenemos secuestrados".
Una medida de presión y coacción empleada ya en la etapa final del secuestro del atunero vasco que permaneció cuarenta y siete jornadas anclado contra su voluntad frente a la costa somalí, tal y como estos días han confirmado con sus dramáticos testimonios ante la Audiencia Nacional varios tripulantes.
Este sobrecogedor escenario de marejada y mar revuelta engendrado por los piratas en el océano Índico se produce, además, coincidiendo con un periodo en que los piratas han intensificado sus acciones violentas sin que las fuerzas aeronavales desplegadas por la Misión Atalanta (cuyo mando recae en España desde mediados de diciembre) hayan podido poner coto a esta lucrativa práctica ilegal cuyo último balance (elaborado por el organismo Ecoterra) apuntaba a medio centenar de embarcaciones secuestradas y alrededor de ochocientas personas retenidas.
Siempre alerta De hecho, y aunque los atuneros vascos permanecen en las últimas fechas ajenos a este tipo de sucesos, la calma y la tranquilidad se resisten a embarcar a bordo y prefieren seguir con los pies en tierra firme ya que, mar adentro, los sobresaltos pueden sorprender a los arrantzales y a los agentes de seguridad enrolados con cada golpe de timón. Así lo manifiestan desde Segur Ibérica, la empresa de protección privada que tiene 63 vigilantes en activo en la zona (y otros diecisiete en periodo de descanso) distribuidos en trece atuneros, cuatro buques auxiliares y un mercante.
"Los vigilantes deben tener una disponibilidad permanente pues la situación de peligro y la amenaza cada vez es mayor y nunca sabemos cuándo nos pueden atacar", indicaban a DEIA fuentes del negociado de Protección Marítima. No obstante, los agentes privados sostienen que el escenario "es bastante más tranquilo que el que nos encontramos cuando empezamos con la protección de los atuneros".
De hecho, todos los ataques registrados hasta el momento han sido rechazados "y esperemos que siga así", apuntaban los agentes. En este tiempo "habrá habido unos cincuenta avistamientos y aproximadamente en diez de los ataques sufridos se ha tenido que abrir fuego". Sin embargo, el temor a que el mercado negro surgido en las repúblicas exsoviéticas haya surtido a los piratas de armamento de guerra (con más potencial destructivo que las AK-47 y los lanzagranadas) mantiene en alerta tanto a los armadores como a los vigilantes. Por el momento, el calibre de las armas con que escoltan a los arrantzales es adecuado para responder a la capacidad agresora que en la actualidad exhiben de norte a sur y de este a oeste estos modernos bucaneros.
Mantener ventaja En cualquier caso, tanto los armadores como los vigilantes privados perseveran en su demanda de que sea posible embarcar armas de mayor eficacia como las ametralladoras Browning 12,70 milímetros cuyo alcance de casi dos kilómetros es ligeramente superior a los rifles de precisión con que están equipados a día de hoy "a fin de asegurarnos la ventaja ante una posible evolución del armamento empleado por los piratas"; aunque tal y puntualizaban fuentes de Segur Ibérica S.A. "no hay ningún indicio de que ello pueda ocurrir por el momento".
En cualquier caso, el asesor especial de la ONU sobre Asuntos Legales Relacionados con la Piratería en la costa de Somalia, Jack Lang, advertía recientemente que "la situación es grave, incluso diría que empeora. En lugar de disminuir, el fenómeno crece cada día". Es más, en las altas esferas se habla ya de una "industrialización de la piratería" motivada por la progresiva incorporación de jóvenes ansiosos por pescar un suculento botín.
Desde Segur Ibérica S.A. insistían en que los atuneros "necesitan protección" ante el problema de la piratería "que está poniendo en serio riesgo el principio de la libre navegación y que, lejos de desaparecer, está cada vez ampliando más su radio de acción y poniendo en serio peligro a los buques que tienen que navegar por esas aguas".
http://www.deia.com/2011/01/30/sociedad/euskadi/fuerte-marejada-en-aguas-del-indico