La ruta más peligrosa
Transportan dinero, joyas, obras de arte y hasta explosivos.
Son búnkeres sobre ruedas, acorazados que pueden llegar a pesar hasta 15 toneladas y cuyas medidas de seguridad les hacen prácticamente inexpugnables. Más de 1000 furgones recorren cada día las calles. En su interior guardan con celo recaudaciones de bancos y de empresas, pero también custodian obras de arte o joyas. Miles de millones de euros que son el objetivo de muchos ladrones.
Comienza una dura jornada, por delante 40 entregas. Son las suele realizar un furgón en un turno normal de ocho horas. La tripulación del blindado compuesta por un conductor, un escolta y un porteador, se dirige al arcón de las armas.
"El arma hay que municionarla siempre. Tenemos que llevarla cargada y preparada" comenta el escolta mientras, una a una, coloca las balas dentro del bombín de su revólver. Con el dinero a salvo en la parte trasera comienzan la ruta. Cada día varían las zonas por las que se mueven y los horarios.
"Lo hacemos para evitar seguimientos y que alguien nos tenga fichados" nos cuenta el conductor.
El va aislado en la cabina y nunca abandona su sitio en el volante. Justo detrás, sus dos compañeros se preparan para hacer la primera parada. Es el momento más delicado.
Dentro del acorazado la protección es absoluta, pero el riesgo de verdad aparece cuando abandonan el blindado con el dinero. Ahí están a merced de cualquiera, pero su profesionalidad está por encima de todo.
En la sede central no pierden detalle de su ruta. El blindado emite señales y saben en todo momento dónde está y si todo transcurre según lo previsto. Las cámaras del blindado envían su señal de vídeo y todo queda grabado.
El control es absoluto. Cada día se realizan más de 120.000 operaciones de efectivo y rara vez ocurre algún percance.
Eso pone de manifiesto la gran seguridad con la que cuentan. No puede haber fallos en ninguna recogida o entrega, sus vidas están en juego.
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