Desconcierto entre los presos de ETA por el rechazo de Sortu a la violencia de la banda
Muestran su sorpresa porque el partido no les cite ni mencione si pedirá su salida de las cárceles
La nueva postura de la izquierda abertzale ante la «lucha armada» de ETA ha provocado un profundo desconcierto entre los presos de la banda, según han señalado a EL CORREO fuentes conocedoras de la situación. El hecho de que los estatutos de Sortu, las nuevas siglas de este movimiento, incluyan un rechazo explícito al uso de cualquier tipo de violencia para conseguir fines políticos, incluida la de la organización terrorista «si la hubiera», ha dejado descolocados a los dos sectores que en estos momentos conforman los reclusos de la banda: aquellos fieles a las directrices de ETA y los críticos con el recurso a las armas agrupados actualmente en las cárceles de Villabona, Zuera y Nanclares.
Fuentes penitenciarias aseguran que el primer colectivo ya se encontraba a la expectativa tras las declaraciones realizadas en los últimos meses por algunos líderes de la izquierda abertzale como Rufi Etxeberria o el propio Arnaldo Otegi desde prisión, en las que se hablaba abiertamente de un próximo final de la violencia. Esas actitudes públicas de los dirigentes radicales paralizaron también las salidas individuales que barajaban algunos presos en busca de beneficios penitenciarios, a la espera de conocer los efectos de los movimientos en el seno de la izquierda abertzale, anhelando una solución global para los reclusos de ETA que les evitara costes personales por la presión de los sectores más radicales.
Fuerte estupor
La presentación y los estatutos de Sortu han provocado un fuerte estupor entre los terroristas encarcelados, ya que han comprobado que ni siquiera se les menciona y que se opta por un rechazo a la violencia sin que ello suponga resolver antes el problema de los reclusos, uno de los tabúes existentes en el mundo de ETA.
Según los expertos en política penitenciaria consultados por este periódico, la pregunta que ya se hacen muchos de los internos alineados en las tesis más ortodoxas es quién les va a sacar de la cárcel. «Hasta ahora, el planteamiento sobreentendido en ese mundo era que ETA lo dejaría cuando ya estuviese resuelto el problema de los presos. Sin embargo, el rechazo a la violencia y la desvinculación de la banda por parte del hasta ahora brazo político abren un escenario que era impensable para ellos», han indicado las fuentes consultadas. En este sentido, para los internos más reticentes a cualquier paso, la postura de Sortu de rechazo a la violencia equivale a las tesis a favor de la desaparición de la banda que han sostenido reclusos disidentes como Urrusolo Sistiaga o José Luis Álvarez Santacristina, 'Txelis', considerados traidores por los sectores oficiales y expulsados del colectivo de presos EPPK.
En el mundo de las prisiones se considera que, hasta que no hable ETA, es imposible valorar cuál será el alcance de la nueva situación ocasionada por el estreno de Sortu. «Pero se abre un escenario muy complejo, en el que se podría producir una declaración conjunta similar a la de este partido para intentar conseguir beneficios penitenciarios, aunque por ahora es muy pronto para saber si desde ETA se permitiría algo parecido», afirman los expertos. «En algún momento, sin embargo, se tendrá que responder a una pregunta que se hacen los presos: ¿Quién nos va a sacar de la cárcel?», insiste.
En cualquier caso, una iniciativa de ese corte supondría, de facto, dar la razón a los colectivos que en la última década han liderado la crítica a la banda desde las cárceles y que se han acogido a beneficios penitenciarios. Este sector ha aceptado las exigencias del Ministerio del Interior, que les obliga a firmar el rechazo a la violencia, la reparación a las víctimas y la desvinculación de la organización terrorista como paso previo a la concesión de permisos y otras ventajas.
Este grupo, además, ha comenzado a moverse para adquirir más protagonismo público y reivindicar su postura, en un momento en el que la izquierda abertzale radical asume tesis como las que ellos han propugnado históricamente. Antiguos líderes etarras como Urrusolo Sistiaga, Kepa Pikabea o Carmen Guisasola han cumplido desde las cárceles los trámites para solicitar su incorporación efectiva al Acuerdo de Gernika, el foro soberanista en el que están presentes EA, Aralar, Alternatiba y la izquierda abertzale. Los internos disidentes han desmentido que tengan previsto crear una agrupación de familiares y se han desvinculado de cualquier movimiento en este sentido. Su postura se centra, según las fuentes consultadas, en buscar un reconocimiento político en un hipotético pro ceso de paz.
Sus futuras acciones estarán condicionadas también por otros factores. El frente de reclusos próximos a la banda, autodenominado EPPK, también ha solicitado incorporarse al Acuerdo de Gernika, lo que vaticina un debate harto complejo. Por si fuera poco, la propia ETA, en sus planteamientos de hace un año, solicitaba que, como castigo, en un hipotético proceso de paz los presos disidentes fueran los últimos en salir de la cárcel. Ahora, no sólo están ya recibiendo beneficios sino que la nueva postura de la izquierda abertzale refrenda sus argumentos.
http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20110210/politica/desconcierto-entre-presos-rechazo-20110210.html