Detienen a ocho ‘seguritas’ de Valle Tabares por la ‘operación Bachiller’
Indignación entre los compañeros de los vigilantes por el aparatoso despliegue de la Policía Nacional en el centro, donde los había citado su jefe "para una reunión"
ROMÁN DELGADO / TINERFE FUMERO
SANTA CRUZ DE TENERIFE
Acudieron a su centro de trabajo para una reunión convocada por su jefe, pero en realidad era una artimaña para facilitar al Cuerpo Nacional de Policía (CNP) el arresto de siete vigilantes de seguridad empleados en el centro de menores existente en Valle Tabares, dentro del término municipal de La Laguna. Un octavo fue localizado en su casa, según datos facilitados por sus compañeros.
A primera hora de la noche de ayer, se desconocía el resultado de la toma de declaración de los afectados y, por ende, su supuesto grado de implicación en el caso.
Según detallaron los nacionales a los seguritas, se trata de una ramificación de la llamada operación Bachiller, un servicio prestado por el CNP en julio del año pasado por el cual se desmanteló una supuesta red que falsificaba documentos públicos (certificados de estudios, etc) y que utilizaba como tapadera una Academia de Preparación para Vigilantes de Seguridad con sede en la capital tinerfeña. Si los 15 arrestados entonces quedaron en libertad con cargos, lo más probable es que los de ayer durmieran anoche en casa.
Enfado
La sorpresa, lo aparatoso del operativo desplegado y el regusto amargo del que se siente burlado generaron una oleada de indignación entre el resto de la plantilla, que ayer no ocultaba su enfado en declaraciones a este periódico. Y es que los hechos tuvieron lugar pasadas ya las doce y media, cuando un número no determinado de efectivos de la Policía Nacional se presentó en el centro, ubicado tras una larga cuesta en lo alto de un monte, a bordo de tres furgonas.
El objetivo era, siempre según los compañeros de los interrogados, localizar a ocho de los seguritas para trasladarlos a dependencias judiciales y tomarles declaración.
"Si se trata de comprobar si has utilizado un certificado falso o no, sencillamente basta con una citación. Lo que no es de recibo es el tremendo despliegue en tu centro de trabajo, y más si se trata de un centro para menores de edad con medidas judiciales", se lamentaba ayer uno de los vigilantes del centro.