"Estoy harto de hacer cursos y entregar currículos para nada"
Cuatro ciudadanos anónimos cuentan cómo llevan la búsqueda de un trabajo
Una mañana en una oficina de empleo da para ver las diferentes caras que tiene el paro, más si cabe en una ciudad y una provincia castigada por el desempleo. Parados de corta o larga duración, jóvenes más que preparados que buscan su primer trabajo, mayores que por su edad ya no los quieren las empresas a pesar de su amplia experiencia, personas que no pueden independizarse y sobreviven gracias al apoyo de sus padres, mujeres que quieren tomar contacto con el mercado laboral y quieren aportar otro sueldo a la casa porque con el que entra les queda muy justo, familias que buscan una salida al no trabajar ninguno de sus miembros... Un largo etcétera de perfiles que muestran la radiografía de una crisis que sigue alargándose.
El Servicio Andaluz de Empleo dispone en Cádiz capital de dos oficinas, en las avenidas de Andalucía y de Portugal, en las que día a día el trasiego de ciudadanos es constante para darse de alta o renovar demandas, pedir prestaciones, cursos o mejoras de empleo.
La oficina de la avenida de Portugal es la encargada de gestionar las demandas de los parados de gran parte de Extramuros. En un día que amenaza lluvia, esta mañana de viernes es tranquila. No paran de entrar y salir desempleados por la puerta que da a la avenida Juan Carlos I con la resignación un futuro que es como el cielo de ayer, negro.
Tamara Gil tiene 25 años y lleva sin trabajar desde el pasado mes de julio, cuando terminó un contrato de cuatro meses como técnico de farmacia. A pesar de haber cursado un grado medio de Farmacia, asegura que "estoy buscando trabajo de lo que sea porque de lo mío está la cosa fatal, ya sea de dependienta en una tienda o de cajera en un supermercado. Lo que quiero es trabajar".
Tamara tiene la suerte de vivir con sus padres, lo que le hace "no tener una situación dramática como en las familias que no entre dinero y tienen que pagar una casa". Durante este tiempo sin empleo, "no sé el número de currículos que he podido entregar, seguro que en la copistería que voy para hacer las copias pueden saberlo mejor que yo", afirma la joven. Asidua al servicio de orientación laboral Andalucía Orienta, se queja de que "solo me ha servido para que me den dos o tres páginas web para buscar empleo". Sobre su futuro, Tamara cree que "hay poca solución, a menos que se vaya ya Zapatero del Gobierno".
La situación de Andrés Rodríguez es un poco más desesperante. Electricista y trabajador de la construcción, hasta hace tres años era repartidor de periódicos. En todo este tiempo, ha dejado de tener prestación por desempleo y ha realizado multitud de cursos de electricidad, frío o informática. "No sé ni explicar cómo me siento. Estoy harto de hacer cursos y entregar currículos para nada. Lo paso mal porque no puedo hacer nada y, con la crisis, las empresas se dedican a elegir lo que les conviene. Cada vez más prefieren a personas con menos cualificación para tener que pagarles menos". Con la suerte de tener el respaldo familiar, Andrés piensa que "la situación en la Bahía de Cádiz es muy mala y si no hay nada aquí, la solución va a tener que ser marcharse".
Un estado parecido es el Manuela Romero. Multitud de cursos realizados y experiencia en varios campos no le sirven para encontrar un empleo desde hace cinco años. "He trabajado en geriatría, de secretaria y de camarera de piso. Estoy buscando de lo que salga, ya que con un sueldo no es suficiente para tirar hacia delante", comenta.
Manuela considera que su situación "no es ni buena ni mala, pero lo ideal sería que yo también trabajara. Tras tanto tiempo sin trabajar, cada vez me encuentro más quemada y salir a la calle a buscar trabajo ya me cuesta muchísimo". A pesar de esto, confiesa que "no puedo quedarme estancada y tengo que espabilarme para estar preparada para lo que sea".
Otro perfil más amable lo tiene Gema Morales. Con 37 años y madre de dos niños, lleva cuatro años sin tener un trabajo continuado. "Cuando tuve los niños decidí darme un descanso, ya que mi marido es funcionario. Ahora es cuando he empezado a buscar trabajo". Gema tiene un FP II de Administrativo y realiza trabajos eventuales como taquillera en el Cádiz CF y en otras empresas, "pero no trabajos con contratos de más de un mes".
Para Gema, encontrar un empleo es más "una necesidad psicológica que monetaria, ya que mis hijos ya van creciendo y necesito sentirme útil fuera de mi hogar". De todas formas, los problemas de paro no le son tan ajenos, ya que comenta que "mi hermano se ha tenido que marchar a Toledo hace dos meses para poder trabajar como vigilante de seguridad".
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