PROS Y CONTRAS DE LA REFORMA LABORAL
JUAN FERNÁNDEZ (PRESIDENTE DEL COLEGIO DE GRADUADOS SOCIALES DE MÁLAGA Y MELILLA)
El tiempo nos ha dado la razón en el análisis que hicimos en su momento de la Reforma Laboral: se trataba de una reforma tardía – desde el segundo semestre del 2007 veníamos padeciendo la crisis y un aumento del paro– y nacía sin el cariño de los agentes sociales. Difícilmente podría así aumentar el empleo y la productividad.
Puntos positivos
1. Los ERE del «modelo alemán». A pesar de las grandes dudas sobre la viabilidad o no del conocido como «modelo alemán», el tiempo ha demostrado que esta medida de poder reducir la jornada de trabajo y compatibilizarla con la prestación por desempleo ha sido un éxito. Los datos de la Delegación de Empleo de Málaga, con unos 20 expedientes autorizados que afectan a más de 160 trabajadores durante el primer trimestre de 2011, ponen de manifiesto una acogida favorable de esta medida entre empresarios y empleados. Por desgracia, la tardanza en la publicación de la reforma laboral ha significado la destrucción de un gran número de puestos que quizás se podrían haber evitado. La suspensión del contrato o la reducción de jornada temporal permite a las empresas poder distribuir entre sus empleados la actividad productiva en lugar de despedir.
2. Preaviso de 15 días. El Estatuto de los Trabajadores antes establecía como requisito para un despido objetivo por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, que las empresas preavisaran con un plazo de 30 días. Con la Reforma, el período es sólo de 15 días. Esta modificación es muy acertada toda vez que, para las empresas que atraviesan por esas dificultades mantener durante todo un mes al trabajador en alta, les suponía un aumento de costes salariales y de Seguridad Social. En muchas ocasiones las empresas optaban por reconocer el despido como improcedente y abonar la indemnización porque le era más económico.
3. Formativos bonificados. El reconocimiento a paro de los trabajadores con contratos formativos y la posibilidad de aplicar una bonificación a las cuotas de Seguridad Social del 100% cuando el contrato se formaliza con un parado es positivo y puede fomentar el empleo de los jóvenes. No obstante, hay que recordar que los contratos formativos suponen sólo el 0,4% del total en nuestro país.
Puntos negativos
1. Trabas a la temporalidad. Somos contrarios a la actitud de legislar en contra de la contratación temporal. En una situación de crisis, con más de 4 millones de parados en aquella fecha y 4,9 ahora, nos parece desafortunado poner trabas a la contratación temporal, que sigue siendo muy superior a la indefinida. El tiempo nos ha dado la razón y el propio Ejecutivo publicó en febrero un decreto en el que se bonifica a las empresas que realicen contratos a tiempo parcial temporales o indefinidos. Al parecer, ahora sí es positiva la contratación temporal. ¿Cuantos personas darían lo que fuera por un contrato así?
2. Fomento del empleo, inservible. El contrato de fomento de empleo si bien amplía los colectivos a los que se puede formalizar, ha reducido mucho las bonificaciones para las empresas y además establece un procedimiento con más requisitos. Lo único positivo para la empresa es poder acogerse a la indemnización de 33 días de salario por año. Pero los empresarios, cuando vienen a nuestros despachos, no preguntan cuánto cuesta despedir a un trabajador sino qué coste tiene su contratación. Y una pequeña empresa siempre acude primero a la contratación temporal y, una vez que el negocio se consolida o que el trabajador cumple el perfil que buscaba, transforma dicha relación en indefinida.
3. Falta un contrato de lanzamiento. Reivindicamos un contrato de lanzamiento de nueva actividad, que ya existió en España de 1984 a 1997. Se podía celebrar en empresas nuevas o en aquellas que amplían su actividad por el lanzamiento de una nueva línea de producción o de la apertura de un nuevo centro de trabajo. Este modelo contractual es más práctico para los nuevos empresarios que el fomento de empleo actual, y consideramos que las personas paradas difícilmente rechazarían un contrato que podría durar hasta dos años antes de pasar a indefinido.
Fuente: LA OPINIÓN DE MÁLAGA.es