50 fallas recurrieron a vigilantes ilegales para cuidar los monumentos
Directivos de la seguridad privada se reunirán con la Junta Central Fallera para atajar el intrusismo durante las fiestas
10.000
es el número aproximado de vigilantes de seguridad que trabajan en la Comunitat Valenciana. Hay 100.000 en toda España. La crisis ha causado un recorte en la contratación de sus servicios en urbanizaciones y empresas. Un problema candente salió ayer a relucir en el día de la seguridad privada en la Comunitat: el intrusismo. Sólo en las pasadas Fallas, medio centenar de comisiones recurrieron a empresas ilegales de vigilancia privada, según denunció a LAS PROVINCIAS un representante del sector, Manuel García Yeves, presidente de Empresas de Seguridad Asociadas (ESA) de la Comunitat Valenciana.
«Se trata de empresas de seguridad encubiertas. Nacen, ofrecen sus servicios a precios muy bajos y luego desaparecen», denunció el empresario valenciano. «En vez de cobrar 15 euros por hora de vigilancia cobran 9, pero las comisiones que los contratan deben saber que se trata de personas sin una cualificación adecuada y algunas de estas firmas hasta carecen de seguro, con lo cual si ocurre algún incidente con daños la responsabilidad debe asumirla la comisión fallera», advirtió García, consejero delegado de Grupo G.
Los empresarios de seguridad privada quieren trasladar esta preocupación a la subdelegación del Gobierno para que se tomen medidas. También tendrán unos encuentros este mes con la Junta Central Fallera para abordar esta problemática e intentar poner freno a los casos de intrusismo.
La cuarta edición del Día de la Seguridad Privada se celebró en la sede de la Fundación Bancaja y en ella la Policía Nacional otorgó casi 200 menciones honoríficas a profesionales del sector por servicios destacados.
Al acto asistió el jefe superior de policía, el general de la Guardia Civil, la delegada del Gobierno y el conseller de Gobernación, entre otras autoridades. Serafín Castellano se comprometió en su discurso a «evitar el intrusismo, apostar por la profesionalización y seguir apoyando en todo a un sector del que somos clientes en la Generalitat». El mismo compromiso se marcó Ana Botella, la delegada del Gobierno, quien remarcó que el incremento de policías y guardias «no va en detrimento de la seguridad privada, pues son profesionales que se complementan en su tarea».
Con emoción, unos 190 hombres y una decena de mujeres, recogieron sus reconocimientos. Entre ellos estaba la empleada de seguridad de Grupo G que fue retenida por un atracador junto a varios rehenes en la avenida de Burjassot de Valencia. «No perdió la calma en ningún momento pese a la tensión de ese momento y permaneció al lado de todas las víctimas», destacó el consejero de la firma.
Otro empleado de Prosegur evitó el asalto a un chalé por parte de tres encapuchados en una lujosa urbanización de Altea. En Burjassot, uno de los galardonados retuvo durante 20 minutos al atracador de un banco que exhibió un cuchillo.
Francisco Corroto y Mari Carmen Cañete trabajan en unos grandes almacenes de Aldaya. A diario evitan de seis a siete hurtos, muchos de ellos cometidos por menores de edad. «Muchas veces he rodado por el suelo para detener a un ladrón», explicó la vigilante. Francisco recuerda la amenaza de un delincuente que intentó atropellarle a la salida de un juicio. «Iré a buscarte», le amenazó el maleante. «Pues ya sabes dónde estoy», le respondió con valentía.
http://www.lasprovincias.es/v/20110512/valencia/fallas-recurrieron-vigilantes-ilegales-20110512.html