Al probable incremento de inseguridad por la falta de efectivos se unen los constantes robos, día a día, de materiales como el bronce, un metal cotizado. Por éstas y más razones, la Federación de Trabajadores de Seguridad Privada (FTSP) de Unión Sindical Obrera (USO) - Madrid pone el grito en el cielo, denuncia la situación y medita una denuncia ante la Delegación de Gobierno por una situación que también afecta desde el día 1 al cementerio de La Almudena, el más grande de la capital.

"Creemos que no hay motivos económicos porque no hay pérdidas", apunta Rafael Saldaña, integrante de USO-Madrid. La empresa mixta de servicios funerarios, que cuenta con el 59 por ciento de participación del Ayuntamiento y cuyo 41 está en manos privados, ha tomado esta decisión. "No sé si es correcto sustituir esto por un sistema de alarmas, además del problema que supone grabar a la gente", añade Saldaña, que reside en un estado de estupor desde los cambios y tiene preguntas sin respuesta como "quién se encarga del control de las cámaras. ¿La Policía Municipal? A los vigilantes de seguridad no les han dicho quién va a controlar el sistema". Pese a los reiterados intentos, USO-Madrid no sabe quién acomete esta tarea.

espacio público El sindicato considera obvio que la reducción de personal provocará un incremento de la inseguridad, teniendo en cuenta que las cámaras no actúan con la misma rapidez que el vigilante en asuntos físicos o materiales. "Los robos de materiales son constantes, suceden día a día. Sobre todo, ahora que está tan caro el precio del bronce. Es un metal cotizado", argumenta Saldaña en representación de Unión Sindical Obrera Madrid. La condición pública del espacio ("cualquiera puede entrar con un coche hasta un nicho sin que le pidan identificación") y su amplitud complican el panorama en un espacio extenso y expuesto. Por ello, el cementerio está en el punto de mira.

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