La flota atunera refuerza la seguridad ante el previsible repunte de la pirateríaTras el fin del monzón, los pesqueros españoles han pasado de tres a cuatro vigilantes armados a bordo de cada embarcación. Este año se espera que empiece también el control en tierra
Imagen de barcos atuneros españoles en aguas de Seychelles. / efe P. PIÑERO | A CORUÑA Cuando llega el fin del monzón y las aguas del Índico se calman la flota atunera que faena en ese caladero se prepara para una de sus épocas más críticas. Y es que la bonanza climatológica que reina en ese caladero entre septiembre y marzo facilita también la navegación a los pequeños barcos de los grupos de piratas somalíes que operan en esa zona. De hecho, fuentes del sector consultadas por este diario aseguraron que a mediados de la pasada semana ya se produjo el primer avistamiento de una embarcación probablemente pirata al norte de Seychelles. La vio el atunero vasco Ortube Berria, aunque "no pasó nada y todo quedó en un aviso".
Es por ello que la flota atunera de capital español -una treintena de barcos, en su práctica totalidad de empresas vascas, aunque con decenas de tripulantes gallegos- vive la llegada de la nueva temporada tomando precauciones. Así, los armadores ya han reforzado la seguridad a bordo y han ampliado -pasando de tres a cuatro por barco, de media- los agentes de seguridad privada y armada con la que cuenta la flota de bandera española desde 2010, a raíz del secuestro del Alakrana y tras las exigencias al Gobierno por parte de empresarios y tripulantes de más medidas de protección. De hecho, el coste del servicio es abonado en un 50% por la Administración Central y las autonomías donde los buques españoles tienen su puerto base, ante la negativa del Ejecutivo de embarcar militares, como reclamaba la flota pesquera.
Según aseguraba hace unos días a la Cadena SER Juan Pablo Rodríguez, responsable de Anabac, una de las asociaciones de armadores que agrupan a esta flota, las informaciones de que dispone el sector apuntan a que en los próximos meses habrá complicaciones. En la misma línea se manifestaba un armador consultado por este diario, quien aseguró que "probablemente vivamos un año similar al anterior y tenemos avisos de que ya hay cierta actividad" de piratas.
Estos días, además, la flota vive pendiente de la conferencia sobre piratería que tendrá lugar en Seychelles entre los días 6 y 9 de este mes y en la confianza de que posteriormente el gobierno del archipiélago africano desde el que operan la mayor parte de los atuneros españoles del Índico acepte la petición de España de permitir el embarque en los pesqueros de armamento pesado con el que contrarrestar el creciente potencial y medios de los piratas.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, ya viajó con armadores de atuneros a Seychelles al inicio del verano y ahora se confía en vencer la resistencia del gobierno del país a autorizar embarques de ametralladoras de mayor alcance. "Esperamos que sea así y que esta misma campaña podamos contar con ello pero no es fácil ni rápido porque Seychelles tendrá incluso que cambiar sus leyes", explicaba otro armador.
Asimismo, este año comenzará la vigilancia de la costa por los policías somalíes que se forman en Uganda para evitar la salida al mar de las embarcaciones piratas. La efectividad de esta medida se ve, sin embargo, condicionada, como reconocen los armadores, por la propia situación de un país donde no existe Estado y que atraviesa una grave hambruna y emergencia humanitaria.
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