Una persona vigilará la catedral por la noche durante las obras
La catedral lucense contará en unos días con un vigilante que permanecerá en el interior durante toda la noche. El cabildo tomó la decisión después de que, en el mes de agosto, una o varias personas accedieran al museo catedralicio a través de los andamios colocados para la limpieza de la fachada principal. Los asaltantes entraron por una de las torres y salieron por la otra.
La entrada se quedó en un susto, ya que los asaltantes revolvieron en algunos vitrinas pero no se llevaron ningún objeto de valor. Los indicios apuntan a que buscaban dinero en efectivo, pero la recaudación de las entradas al museo no se guarda en el interior de la catedral.
El asalto se produjo pese a que había instalados varios sistemas de seguridad, como videocámaras y sensores de calor y movimiento. A raíz del suceso, se reforzaron las medidas en aquellas zonas en las que había vacíos, ya que la experiencia demostró que era posible acceder a los andamios, pese a estar protegidos con vallas y telas.
Durante el día, la basílica está vigilada permanentemente, ya que además de los obreros hay dos guías, varios sacerdotes y la sacristana. Por la noche, el templo tampoco está vacío todo el tiempo, ya que los miembros de la Adoración Nocturna permanecen varias horas en el interior. De hecho, hace dos años, los adoradores frustaron dos intentos de robo.
Sin embargo, el cabildo catedralicio tomó la decisión de contratar a un vigilante para no entorpecer la adoración y para que la basílica nunca esté sola, tal como explicó el deán, Luciano Armas.
Plan de seguridad
La previsión es que esa persona se ocupe de proteger la catedral hasta que finalicen las obras de rehabilitación, en torno al mes de enero, ya que para después el cabildo trabaja en un plan de seguridad más ambicioso.
A raíz del asalto de agosto, varias empresas de seguridad se pusieron en contacto con el Obispado para ofrecer sus servicios y en este momento los responsables de la catedral estudian las propuestas, que podrían combinar sistemas de alerta y vigilancia presencial.
No es la primera vez que el cabildo intenta contratar un plan de seguridad, pero en otras ocasiones se abandonó la idea por el alto coste.
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