ANDRÉS LOBATO
SANTA CRUZ DE TENERIFE La entrada principal de la Casa de los Dragos cuenta desde hace un par de semanas con un nuevo elemento. Junto a una de sus puertas permanece, todavía sin uso, un aparato de inspección de bultos y equipajes de mano que ha levantado los temores de la Junta de Personal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, cuando sus miembros accedieron al interior del Consistorio para mantener una reunión con el actual equipo de gobierno.
Según confirmaron fuentes sindicales a este diario, el aparato, de vetusta apariencia, es el mismo que hace casi tres años fue el detonantes de un informe elevado al Comité de Seguridad y Salud, así como de la posterior denuncia por parte de los Delegados de Prevención ante el Comité de Seguridad Nuclear cuando se encontraba instalado en las oficinas del Consistorio situada en el barrio de Ofra.
Por aquel entonces, Seguridad Integral Canaria, la empresa adjudicataria del servicio de vigilancia de las dependencias municipales, procedió a su inmediata retirada a raíz de dicha denuncia. Dichas fuentes aseguraron que hasta la fecha se desconocía el paradero de este instrumento hasta su colocación tras el umbral del Consistorio .
Ahora, ya desde hace unas semanas, este escáner permanece aún sin instalar casi en el umbral de la entrada principal. Según fuentes municipales, la falta de parte de la documentación sobre el mismo ha demorado su puesta en marcha. Dichas fuentes aseguraron que deberá ser Seguridad Integral Canaria quien se encargue de obtener los permisos necesarios.
La empresa, por su parte, rehusó ayer realizar declaraciones sobre el funcionamiento de este escáner y acerca de la documentación que precisa para su activación en la Casa de los Dragos. Del mismo modo, uno de sus responsables no quiso aclarar si su puesta en marcha deberá ir acompañada de la incorporación de otro vigilante de seguridad a los ya existentes en la actualidad.
El traslado y funcionamiento de este tipo de aparatos de seguridad de rayos X se encuentra estrechamente controlado por el Comité de Seguridad Nuclear debido a sus emisiones de radiaciones ionizantes.
Del mismo modo, deben ser revisados de forma semestral tanto su blindaje como su radio de emisión para comprobar su correcto funcionamiento.
Este modelo de escáner, el Baltobloc SPO-70, fue diseñado durante la década de los ochenta por la empresa belga Balteau y fue homologado por la Dirección General de Energía el 4 de mayo de 1990, hace más de 21 años. No obstante, el aparato ha sufrido con posterioridad diversas modificaciones ya que incorpora una pantalla digital de más reciente construcción. Estos cambios con respecto a los componentes originales del instrumento también deben pasar por la correspondiente homologación.
Delegados de Prevención del Ayuntamiento no salieron de su sorpresa al encontrarse el aparato en la misma sede principal del Consistorio. Han pedido que se retire por el riesgo de que estos dispositivos puedan afectar a la salud de los funcionarios.

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife cuenta en su entrada principal con un aparato de rayos x para inspección de bultos y equipajes de mano que ha levantado las sospechas de los delegados de Prevención de Riesgos Laborales de esa institución. No solo porque incumple la normativa sobre Instalaciones Nucleares y Radioactivas, sino porque sobre el mismo aparato ya pesa una denuncia en 2009 ante el Consejo de Seguridad Nuclear.

Este tipo de equipo electromagnético, que genera rayos-x para inspeccionar bultos, aparenta tanto peligro como el que encierra. Pueden verse junto a los arcos de seguridad en los accesos a empresas públicas y privadas y emiten radiaciones ionizantes, por lo que están sujetos a una estricta normativa que incluye la obligación de comunicar al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) cualquiera de sus traslados o transferencias, incluso cada vez que sean enchufados o desenchufados.

Sin embargo, parte de esta normativa podría estar siendo incumplida, según denuncian los delegados en un informe-propuesta al Negociado de Prevención de Riesgos Laborales. En ese documento se afirma que el aparato, un Baltobloc SPO-70, fabricado por la empresa belga Balteau (modelo que ya ha descatalogado la propia compañía), carece de datos esenciales en su exterior, como la fecha de fabricación y el número de homologación.

Sí que cuenta con número de serie, el 73140/06, pero el nombre del fabricante se confunde con Balleau, ya que parte de la “t” está borrada. Tampoco se encuentra en sus cercanías la guía de seguridad y su instalación en el Consistorio capitalino debería haber sido notificada a la Junta de Personal para incluir un material tan sensible dentro del Plan de Emergencia y Autoprotección.


Se trata de un scanner que debe ser revisado tanto en su blindaje como en su radio de emisión de radiaciones de forma periódica, concretamente cada seis meses y siempre que tenga cualquier tipo de reparación y modificación, y debe manipularse con precaución y personal formado y autorizado, lo que corresponde a la empresa de seguridad privada contratada, que en el caso del Ayuntamiento es Prosegur.

Pese a tanta norma, este Baltobloc parece haber salido viajero. Aparece, desaparece y vuelve a aparecer en lugares distintos, lo que también ha llamado la atención de Prevención de Riesgos Laborales.

El scanner, o mejor dicho, el arco para detectar metales en las personas que lo acompaña fue denunciado hace unas semanas por trabajadores del Ayuntamiento al Comité de Empresa ya que bloquea una puerta que da acceso al sótano, donde hay archivos y dependencias para el personal, y es una de sus salidas de emergencia.

Tras una inspección se constató que el aparato podría ser el mismo que se encontraba en 2009 en unas dependencias municipales en el barrio de Ofra, desenchufado, arrinconado y bloqueando el acceso a un panel eléctrico.

Ese suceso de 2009 provocó una denuncia ante Riesgos Laborales y también ante el Consejo de Seguridad Nuclear. Unos días después, el scanner había “desaparecido”, según se afirma en el informe actual. Por ello, en su apartado de propuestas se pide que “tanto los traslados con misteriosa desaparición del centro de trabajo de Ofra, como la nueva ubicación en las sedes consistoriales han sido comunicados previamente y autorizados por el Consejo de Seguridad Nuclear.

También solicitan la homologación de cualquier modificación sufrida, ya que se le ha incorporado un monitor externo, y el contrato con la empresa de mantenimiento que haya y registro de las revisiones realizadas semestralmente, de acuerdo con la legislación en vigor.

¡Ostras! ¡es clavado al que tengo yo en mi servicio!

Tengo que mirar a ver si también tiene patas, no sea que un día se vaya de pingos como este.
El tema está claro, si está en desuso es mas caro deshacerse de él (no se puede simplemente tirar a la basura) por el peligro radiológico que tiene o pagar el obligatorio mantenimiento periódico, que "esconderlo" y decir ¡Uy! ¿ande andará? si es que se llevan cualquier cosa

Si es que no pasan mas desgracias ¡porque Dios no quiere!