Tesoros que no llegaron a volar
La oficina de objetos perdidos del aeropuerto de Los Rodeos guarda maletas, bolsos y cintos que se apilan junto a ropa interior, muletas y tablas de surf
Carlos Delgado y Montse Hernández, en la oficina de objetos perdidos.
SANTA CRUZ DE TENERIFE Desde ropa interior a bastones y muletas. Zapatos, ordenadores portátiles, maletas, cinturones, pulseras y relojes, cámaras fotográficas o juguetes. Los objetos que un viajero llega a perder en su tránsito por un aeropuerto pueden ser de lo más variado y curioso. Hasta un buggy para hacer surf apareció sin dueño a principios de este verano en el aeropuerto de Los Rodeos-Tenerife Norte. Estos son algunos de los raros tesoros que se guardan en la oficina de objetos perdidos de este aeródromo, y a cuyo cargo está la auxiliar de servicios Montse Hernández.
Los artículos que van a parar a esta oficina son, en su mayoría, objetos que sus dueños han olvidado por las prisas o un despiste. Pero también se recogen efectos que se dejan intencionadamente en las dependencias de la terminal cuando los pasajeros se enteran de que con ellos no podrán subir al avión.
Encontrar ropa interior de alguien o muletas y bastones en cualquier rincón del aeropuerto podría llevarnos a imaginar situaciones rocambolescas que alimentarían una buena leyenda urbana. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la historia es mucho más aburrida y las cosas se pierden sin más, por un simple despiste.
Valga el ejemplo que explica Carlos Delgado, técnico de seguridad del aeropuerto de Los Rodeos: "En ocasiones una persona con movilidad reducida puede perder unas muletas o el bastón sin que eso suponga que su salud haya mejorado milagrosamente y ya no necesite esos apoyos para caminar. En muchos de estos casos, la pérdida de esos objetos se debe a un despiste del pasajero; hay personal que ayuda a estas personas a llegar hasta su plaza en el avión con una silla de ruedas. Muchos no echan en falta el bastón hasta que se pongan en pie en su lugar de destino.
Son miles los objetos que aparecen abandonados todos los años en alguna parte de las instalaciones de este aeropuerto teniendo en cuenta que solo en 2010 pasaron por aquí 326.204 pasajeros. Son muchos viajeros a los que habría que sumar una cantidad nada desdeñable de personas que transitan por estas instalaciones para dejar o recoger a familiares o amigos. Por ello, no son pocos los artículos que se pierden y el promedio de objetos que aparecen sin dueño y que acaban guardados en esta oficina de objetos perdidos es de 160 a 180 al mes, como señala Montse Hernández.
Algunos acaban siendo recuperados por sus legítimos dueños pero la inmensa mayoría de las pertenencias olvidadas no regresan jamás con la persona que las perdió porque no las reclaman y se amontonan en las estanterías de estas dependencias. Por ello, dos años parece tiempo razonable para poder hacerlo y, en caso contrario, los objetos se entregan al Ayuntamiento de La Laguna que los saca a subasta o los dona. Los elementos más numerosos que están clasificados en estas dependencias son "los cinturones, los relojes, gafas de sol, carteras, maletines o portafolios y las pulseras".
Delgado explica cómo es el procedimiento para guardar, clasificar e identificar los objetos que quedarán a recaudo de esta oficina y comenta que la mayoría de las veces es el personal del aeropuerto o los agentes de seguridad quienes encuentran las cosas. "Aquí se lleva un registro exhaustivo de todo, se identifica y se guarda con la fecha en la que se encontró", aclara.
Uno de los casos que más eco tuvo entre los medios de comunicación ocurrió en diciembre de 2006 cuando Yeray Goya, vigilante de este aeropuerto, encontró un maletín que contenía 60.000 euros en efectivo y varios décimos de lotería. Lo halló en el aparcamiento y el dinero, que finalmente recuperó su propietario, era para pagar las nóminas de sus empleados.
También los usuarios dan parte de lo que encuentran y pueden quedárselos si en el plazo de dos años nadie los reclama.
Los puntos de control de seguridad son los lugares más frecuentes donde los pasajeros se dejan atrás sus enseres. Los nervios y las prisas para no quedarse rezagados en el embarque juegan malas pasadas a los viajeros que olvidan recoger sus pertenencias de las bandejas que pasan por las máquinas de rayos X. Muchos los echarán en falta cuando el avión ya haya despegado.
http://www.laopinion.es/sociedad/2011/10/16/tesoros-llegaron-volar/374462.html