El padre de los niños, acusado de homicidio y denuncia falsa
Los perros policía marcan una zona en la finca familiar, que ayer se rastreó 12 horas
La Policía eligió la madrugada para detener a José Bretón en la casa de sus padres, en el barrio cordobés de La Viñuela. Le acusan de un posible delito de homicidio/asesinato y otro de denuncia falsa, según fuentes de la investigación; es decir, de acabar supuestamente con la vida de sus hijos. Tras doce horas de rastreo, en su presencia, en la finca familiar de Las Quemadillas, los perros de la Unidad Canina marcaron una zona. Al cierre de esta edición se estaba a la espera de que llegara una máquina procedente de Madrid para detectar tierra no compacta y restos óseos a partir de los fosfatos. Pese a que el padre no confesó, los investigadores están convencidos de que los niños están ahí.
Diez días después de la desaparición de José (2 años) y Ruth (6), que él mismo denunció, los agentes decidieron arrestarlo ante las numerosas contradicciones en su testimonio, las lagunas en las horas posteriores a los hechos y los posicionamientos de su teléfono que no coinciden con la secuencia relatada por Bretón.
A las 2.35 de la madrugada, los agentes solicitaron un abogado para el arrestado, que ya estaba en la comisaría de Córdoba. En las últimas horas, los investigadores han conseguido poner sobre la mesa nuevas contradicciones en las que habría incurrido el sospechoso tras prestar declaración como denunciante y testigo en tres ocasiones.
El teléfono, otra pista
Desde la madrugada y hasta casi las doce de la mañana de ayer, Bretón fue interrogado y permaneció en dependencias policiales. Siguiendo el guión al que se ha ajustado desde el sábado día 8, mantuvo su actitud fría y distante y no se derrumbó ante las preguntas de los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev Central). Lo único que hizo fue llorar en ocasiones. A las doce fue trasladado hasta la finca de Las Quemadillas, propiedad de sus padres, donde el teléfono le sitúa en las horas clave.
Desde las nueve de la mañana empezaron a llegar a esa parcela, a las afueras de Córdoba, los perros de la Unidad Canina, adiestrados en la búsqueda de cadáveres, miembros de la Unidad de Subsuelo del CNP y agentes de la Policía Científica para iniciar un nuevo y exhaustivo rastreo en la finca. Esa propiedad ya se peinó hace justo una semana durante todo un día, aunque sin encontrar pruebas. Se hallaron restos de huesos de varios animales entre los rescoldos de una hoguera, que Bretón reconoció haber prendido. La Policía Científica confirmó que se trataba de huesos de distintos tipos de animales; ninguno era humano. Al parecer, en esas horas aún quedó pendiente de inspeccionar más exhaustivamente una parte del terreno. Al día siguiente se rastreó un tramo del Guadalquivir, también sin resultados positivos. La jornada de ayer, en la que los agentes ampliaron varios metros el cordón de seguridad en torno al recinto para impedir que nadie pudiera acercarse, fue de enorme tensión. El padre de los pequeños mantuvo la actitud que ya conocen los agentes que investigan el caso durante la intensa búsqueda, pese a estar presente en calidad de detenido y no de denunciante como hasta ayer. El abogado que le asiste también permaneció en ese registro, que se extendió a fincas y terrenos de los alrededores.
Al cabo de ocho horas, pasadas las 20.30 de la noche, dos coches camuflados salieron de la parcela a toda velocidad en dirección a la comisaría de Campo Madre de Dios. En la parte trasera de uno de los vehículos, viajaba Bretón esposado, acompañado por varios policías. Los periodistas apostados tras el cordón no pudieron verle el rostro, ya que se había cubierto.
Los perros de la Unidad Canina fueron retirados poco antes —tras cumplir su parte— y el cordón policial empezó a levantarse, aunque estaba previsto que la búsqueda prosiguiera en el interior e incluso en los alrededores de la finca durante la noche. Los investigadores tratarán de agotar hasta el máximo el periodo de detención de 72 horas para intentar arrancar detalles al padre de los niños.
Según fuentes del caso, se decidió arrestar al principal sospechoso como garantía procesal ante los nuevos indicios que le implican en la desaparición de sus dos hijos. Como se recordará, José Bretón denunció que José y Ruth se le habían extraviado en el parque cordobés de Cruz Conde pasadas las seis de la tarde del día 8. A las 18.20 llamó al 112 y a las 18.40 a la Policía.
La cámara lo delata
Ninguno de los testigos interrogados durante estos diez días vio a los niños en ese lugar. Solo a él y en circunstancias poco claras. Una cámara de seguridad de ese parque le grabó solo y tranquilo a las seis de la tarde, cuando en teoría todavía los pequeños estaban en su compañía. Casi una hora antes un vigilante de seguridad del recinto habló con él y tampoco estaba con las criaturas. Bretón no ha ofrecido explicaciones convincentes a estas pistas; tampoco a los rastros —no demasiados— que dejó su teléfono en las horas previas y posteriores a la denuncia.
La secuencia que él contó indicaba que salió de casa de sus padres con los niños, en torno a las dos de la tarde, para ir a comer con un amigo. Esa cita era falsa. Ni siquiera existe certeza de lo que hizo en las horas previas. Los investigadores cruzan su versión con los testimonios de sus familiares directos. No está claro que Bretón pasara la mañana en la vivienda y no se descarta que en esas horas planificara con detalle sus siguientes pasos.
En las próximas horas pasará a disposición judicial. La Policía confía en que antes les proporcione un hilo del que tirar para dar con los pequeños. Las esperanzas de encontrarlos con vida son muy escasas.
Una jornada de infarto.
- Citación :
- Más indicios. El lunes, el jefe de la investigación regresa a Córdoba. Se reúne con su equipo y sobre la mesa aparecen nuevas contradicciones que apuntan a José Bretón.
Arresto. A la vista de los nuevos datos, y ya entrada la noche, la Policía decide detener a Bretón, que es llevado a comisaría. Un abogado acude a asistirle a las 2.35 horas.
Registro. A las nueve de la mañana comienza la búsqueda en la finca de los abuelos, con perros adiestrados. Bretón llega poco antes del mediodía. No se derrumba.
Vuelta a comisaría. Tras 12 horas de rastreos, la Policía abandona la zona con Bretón, a quien llevan de vuelta a comisaría. Nueva reunión de los investigadores. Hoy sigue el trabajo.
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